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ORIENTE PRÓXIMO

Estados Unidos tiende la mano a Mahmud Abbas

Por Gema MartínezTiempo de lectura2 min
Internacional31-05-2009

Barack Obama y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, han acercado posiciones durante la reunión que mantuvieron la pasada semana ambos mandatarios en la Casa Blanca. La creación de dos estados independientes y el cese de los asentamientos judíos en Palestina han sido los ejes sobre los que han girado las conversaciones. Sin embargo, los enfrentamientos entre las facciones palestinas y la negativa del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a aceptar las condiciones propuestas por Occidente, son los escollos que tendrá que salvar Obama si quiere postularse como el artífice de la consecución de la paz entre palestinos e israelíes.

Mahmud Abbas ha encontrado en el nuevo presidente de Estados Unidos a un aliado. Si durante los mandatos de Bill Clinton y de George W. Bush, el escaso fervor palestino en Washington era evidente; Obama se postula ahora como el socio más fuerte para las autoridades palestinas. En su encuentro en Washington, Obama pidió a Abbas que cumpliera con las demandas en materia de seguridad exigidas por Israel, a la vez que se manifestó partidario de la creación de dos estados independientes e instó al Gobierno de Netanyahu a que paralizase la construcción de asentamientos de colonos judíos en territorio palestino. A este respecto se manifestó la secretaria de Estado, Hillary Clinton, exigiendo a Israel que cesase la construcción de todos los asentamientos, sin ningún tipo de excepciones. Pero Netanyahu es un hueso duro de roer y aunque ordenó la demolición de microcolonias habitadas por 1.200 israelíes, considerados ilegales para la legislación del país, no ha dudado en desafiar a Washington asegurando que no impedirá el crecimiento natural de los asentamientos. No obstante, son muchos los que piensan que terminará cediendo a las peticiones de Obama debido a la enorme dependencia económica, de unos 2.000 millones de dólares, que tiene Israel con Estados Unidos. El único punto en el que parecen estar de acuerdo los tres, es en la amenaza que representa Irán y su ambiguo programa nuclear. Netanyahu afirmó en su momento que no descartaba una intervención unilateral por parte de Israel contra Teherán. División interna en Palestina El Gobierno de Abbas no sólo tiene que preocuparse por su continuo enfrentamiento con Israel, ahora las desavenencias internas amenazan la estabilidad del país. El nombramiento del nuevo Gobierno, presidido por el independiente Salam Fayad, ha puesto en pie de guerra a Al Fatah y a Hamas. Hamas, que posee desde 2007 el control absoluto de la franja de Gaza, se ha opuesto de pleno a la composición del nuevo Ejecutivo y ha acusado al presidente de la Autoridad Nacional Palestina de boicotear el diálogo entre las distintas facciones existentes y de haber mantenido una reunión poco productiva con el presidente de Estados Unidos. Mientras, Al Fatah, igualmente descontento con la decisión del líder de la ANP por no haberles consultado sobre la formación del nuevo gobierno, podría optar por la opción de combinar la lucha miltar con la vía política, como hicieran en tiempos de Yasir Arafat. Pese a los intentos de Occidente, y al empeño del presidente Obama de encontrar una solución para el conflicto palestino–israelí, que dura ya más de seis décadas, la problemática interna de Palestina y el inmovilismo y las reticencias de Israel auguran que el proceso, de efectuarse algún tipo de acuerdo, será largo y costoso.