PINTURA
Bruselas inaugura el museo del surrealista René Magritte
Por Tamara García Martínez2 min
Cultura03-05-2009
El pintor surrealista por excelencia ya tiene museo propio en la capital de Bélgica. Las paredes de éste expondrán todas las facetas artísticas de René Magritte en todos sus periodos creativos a partir del dos de junio. El pintor belga más internacional, está presente en las colecciones permanentes de los museos más relevantes, ahora su "realismo mágico" podrá lucirse en exclusiva.
René François Ghislain Magritte fue un pintor surrealista belga, que dotó al surrealismo de una gran carga conceptua. Esta se basaba en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real. Sus primeras obras muestran las influencias del cubismo, del orfismo, del futurismo y del purismo. A medida que avanza su carrera, su estilo se va haciendo más personal y adquiere una denominación propia llamada "realismo mágico", en el que explora el problema del espacio real frente a la ilusión espacial, que es el trasunto de la pintura misma. A diferencia de su colega y amigo Salvador Dalí, no usaba la pintura para expresar sus obsesiones privadas o sus fantasías, sino que se expresa con agudeza, ironía y un espíritu de debate. Ahora, los belgas rendirán homenaje a su artista más universal con la próxima inauguración del Museo René Magrit. El nuevo museo está situado en el antiguo Hotel Altenloh, un edificio neoclásico de 2.500 metros cuadrados distribuidos en cinco niveles. Abrirá sus puertas el próximo dos de junio, y expondrá más de 200 obras en orden cronológico, representativas de todas sus actividades: pintura, escultura, dibujo, fotografía y cine. Pipas que no lo son, los peces con piernas de mujer, las piedras que vuelan sin ser lanzadas, y las escenas nocturnas enmarcadas en pleno día son algunas de la obras del pintor belga que en breve se podrán admirar a lo largo de los tres niveles de los que consta el Museo. Tres niveles, determinados y distribuidos por Winston Spriet, uno de los grandes expertos en la obra de Magritte. Con los niveles, Spriet ha creado un espacio en forma de escenografía contemporánea que comienza en la tercera planta de la antigua sede del Museo de Bellas Artes con las primeras obras del artista. La hondura psicológica de su pintura se acentúa en la segunda planta, que retoma su producción a partir de 1930, cuando la crisis le obliga a volver a Bruselas. su pintura entrará en una fase oscura, potenciada por la explosión de la II Guerra Mundial. En esta fase Magritte consolidará un lenguaje propio en el que abundan los cuadros dentro del cuadro, las cortinas y las ventanas animadas. Por último, la primera planta muestra las obras maestras del artista, como si de un imaginario enciclopédico se tratara. Los responsables del museo insisten en que no sólo quieren que sea una vitrina de la obra de Magritte, sino que consideran igual de importante la investigación y las actividades didácticas organizadas en torno al artista surrealista.