Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

DESASTRE NATURAL

La ayuda tarda en llegar a las laderas del volcán Nyiragongo

Fotografía Ciudadanos del Congo huyen de los desastres naturales que sufre el país

Ciudadanos del Congo huyen de los desastres naturales que sufre el país

Por La SemanaTiempo de lectura1 min
Sociedad25-01-2002

La catástrofe que ha causado el Nyiragongo, un volcán al este de la República Democrática del Congo, no ha tenido una respuesta rápida. Los organismos humanitarios de Naciones Unidas necesitan 17 millones de euros para socorrer a más de 350.000 personas afectadas por la erupción del volcán de la región de Goma.

Los problemas se multiplican. Cientos de personas se han quedado sin hogar. Muchas de ellas han pasado unos días en la vecina Ruanda. Pero han vuelto. Gran parte de ellas no tienen casa. Unicef considera que dos terceras partes de los refugiados, alrededor de 200.000, son menores de 15 años. Las organizaciones temen que la gente que regresa a sus lugares de origen encuentre agua y aire contaminado por la lava y los gases tóxicos -incluso mortales- del volcán. Además de la contaminación, los responsables de las labores humanitarias prevén la posibilidad de nuevos movimientos sísmicos. Ante la situación provocada por el Nyiragongo hace más de una semana, muchas personas todavía no han recibido ningún tipo de ayuda. Las autoridades congoleñas castigarán con la muerte cualquier acto de pillaje. Uno de estos actos de saqueo acabó con un centenar de muertos. Ocurrió cuando decenas de personas robaban combustible de una gasolinera. El producto entró en contacto con la lava del Nyiragongo y se produjo una fuerte explosión. El paisaje está ocupado por largas colas de personas que aguardan víveres para sobrevivir. Se necesita azúcar, patatas, arroz, aceite y harina, pastillas de cloro para tratar el agua, medicamentos para curar las quemaduras y detener las diarreas... A ello se añade el cólera, la malaria o las infecciones respiratorias provocadas por el azufre que se respira en el ambiente. Las ONG piden ayuda, están en alerta mientras reparten las primeras ayudas.