TOROS

Presentados los carteles de la feria de la Magdalena de Castellón

Por Almudena Hernández Pérez2 min

Espectáculos27-01-2002

Arranca una nueva temporada española con el ya viejo problema del mal de las vacas locas. A falta de una iniciativa del Gobierno español para evitar más pérdidas en el sector taurino, el autonómico de la Comunidad de Madrid ha permitido que las carnes de las reses lidiadas en las ferias de Ajalvir y Valdemorillo se destinen al consumo una vez que se hayan recogido muestras.

El test prionics detectaría el mal de las vacas locas, una afección que todavía no se ha dado en el ganado bravo, como también ha quedado demostrado por el informe que presentó a finales de año el profesor Badiola. El frío, los análisis post mortem y esos triunfos que ayudan a afrontar con esperanza la temporada son los grandes temas de estas dos ferias madrileñas, que pasan el testigo a otros ciclos a orillas del Mediterráneo donde se ultiman las combinaciones de toros y toreros. En Castellón estarán las figuras: Enrique Ponce, Julián López El Juli y José Tomás. Los carteles de la feria de la Magdalena están en la calle y en ellos está escrito el nombre del triunfador, que puede o no haberse mencionado en líneas anteriores, que puede o no ser lo que ustedes están pensando, como dirían los políticos. El ciclo se celebrará entre el 3 y el 10 de marzo y contará con seis corridas de toros, un festejo de rejones y una novillada picada. La empresa de Valencia también negocia la colocación de José Tomás, torero ausente en los carteles de Fallas durante los últimos tres años. Después de varios festejos de oportunidad y de carácter valenciano, también Valencia cita a la afición con el reclamo de las figuras. El diestro de Galapagar podría cerrar su contratación para la Feria de Abril de Sevilla. El paseíllo del Domingo de Resurrección podría estar formado por Paco Ojeda, José Tomás y Julián López El Juli. Mientras las empresas telefonean a unos pocos, otros diestros como Víctor Puerto llaman a los despachos de La Real Maestranza para reservar un sitio que puede o no estar reservado, como también dirían los políticos.