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BALONCESTO

Bilbao, la consagración de la humildad

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura3 min
Deportes13-01-2008

Con un presupuesto propio de un equipo modesto, una plantilla escasa de estrellas y un proyecto ideado para mantener la categoría, el Bilbao ha roto moldes en la primera vuelta de la liga ACB. El equipo de Txus Vidorreta se ha convertido en la gran revelación del campeonato. Tras alcanzar el liderato, su osadía, su buen juego y su gran estado de forma les permiten soñar con acomodarse entre los mejores.

El Bilbao está completando la mejor campaña de su historia, tras sólo cuatro temporadas en la máxima categoría del baloncesto español. Asentado entre los tres primeros de la liga y después de haber ocupado el liderato, el conjunto bilbaíno vive un momento dulce, tanto en su juego, como en su estado de ánimo y, obviamente, en resultados. Los motivos de la explosión de este modesto equipo son diversos. Al mando de la nave está Txus Vidorreta, un técnico de la casa con una dilatada carrera. Después de proclamarse campeón de Europa con la selección júnior, el técnico vizcaíno ha liderado la emersión del Bilbao, al que ha llevado desde la LEB-2 al primer puesto de la ACB. Vidorreta ha apostado siempre por un juego basado en una defensa dura, contragolpes muy rápidos y un gran peso del lanzamiento exterior. Sin embargo, hasta esta temporada no había encontrado a los hombres adecuados para que sus tácticas funcionaran con la máxima eficacia. La llegada de Marcelinho Huertas, destapado en Bilbao como un base anotador –promedia más de 15 puntos por partido–, ha supuesto un punto de inflexión en la marcha del equipo. El italo brasileño forma, junto a Javi Salgado, una de las parejas de directores de juego más sólidas y fiables de la liga; ellos son el cerebro de un conjunto que se ha visto enriquecido con la llegada de cinco fichajes. Junto a Huertas llegaron Quincy Lewis, Paco Vázquez, Drago Pasalic y Xavi López, un tercer base que todavía no ha tenido oportunidades. Lewis y Vázquez han apuntalado una línea exterior que lidera con maestría Luke Recker, uno de los mejores triplistas de la ACB. El otro titular es un Lewis que aún no ha alcanzado a su mejor nivel, mientras que Predrag Savovic y Vázquez aportan calidad saliendo desde el banquillo. En la pintura, Fréderic Weis y Marko Banic se han convertido en una de los dúos más completos de la liga. El francés, consagrado desde hace años como un reboteador de lujo, y asentado en Bilbao tras llegar de paso desde Unicaja, se encarga de las tareas de brega e intimidación, mientras el croata explota su movilidad y sus excelentes porcentajes de tiro. Ambos tienen en el eslovaco Martin Rancik a un compañero de batallas excepcional, mientras que Pasalic aporta minutos de descanso a los tres. Un proyecto con capacidad para crecer El proyecto del Bilbao es el de toda una ciudad ilusionada con emular a sus vecinos del Baskonia, que llevan años paseando el nombre de Vitoria por toda Europa. De hecho, el club tendrá un nuevo pabellón con capacidad para 8.500 personas y recibirá cuatro millones de euros en ayudas hasta 2009. Aunque la mayor parte de su presupuesto proviene de Iurbentia, un patrocinador comprometido -cuyo consejero delegado es el presidente del Athletic de Bilbao, Fernando García Macua-. Con ello, el equipo bilbaíno ha conseguido acumular un presupuesto de casi seis millones de euros con el que poder empezar a pensar en algo más que la salvación. Otro de los nombre propios del Bilbao es Gorka Arrinda, representante de jugadores y máximo accionista del club. El ex jugador Xabier Jon Davalillo, que pasó por el Caja Bilbao en la última etapa del anterior equipo vasco en la ACB, a finales de la década de 1980, es el presidente y también ha aportado un punto de sensatez. Gracias a su trabajo, en conjunto, han llegado al equipo grandes jugadores, aunque casi siempre cedidos. El fichaje más rentable hasta el momento, empero, ha sido Vidorreta: de hecho, su trabajo ha sido reconocdio al prorrogar su contrato hasta 2010, con lo que, salvo alguna catástrofe, cumplirá nueve temporadas en el club. Ahora es tiempo de éxitos, aunque la modestia del equipo sigue siendo su seña de identidad. El objetivo, dice Vidorreta, sigue siendo “instalarse en la zona media-alta para poder disputar alguna competición europea”. Después, ya se verá. “Este es un proyecto con capacidad para crecer”, sentencia.