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GERNIKA, 70 AÑOS DESPUÉS

“Nos robaron todo”

Por Silvia Sánchez Tiempo de lectura2 min
España26-04-2007

Los actos de conmemoración del 70 aniversario del bombardeo de Gernika sirven ahora para tener más presentes que nunca los horrores de la Guerra Civil española. Las calles de la localidad vasca, totalmente reconstruida, representan ahora la victoria de la memoria, que nunca olvidará lo ocurrido aquella tarde de lunes. Alrededor de 200 personas y cientos de heridos, el 70 por ciento de los edificios destruidos y el miedo en toda la población es el balance que los bombardeos dejaron en Gernika.

Los supervivientes relatan ahora cómo disfrutan mirando las antiguas fotografías de su familia y las reliquias que pudieron recuperar de entre las ruinas. Ricardo Arrien, que trabaja en la televisión local Oizmendi (El Monte Oiz) se dedica a recuperar esos objetos perdidos que rescatan a los seres queridos del olvido. Le gusta comentar los documentos que se salvaron aquel día, porque dice “durante un largo tiempo se nos robó todo”, por eso ahora muestran reproducciones del antes del pueblo y del ahora. Otro de los supervivientes del bombardeo, Luis Iriondo, cuenta cómo pasó aquellas tres fatídicas horas en las que las bombas y la metralla no dejaba de caer sobre Gernika y sus habitantes. Estaba refugiado en un búnker en el que había tanta gente que “a los tres minutos ya no podíamos respirar. Éramos tantos y aquello tan pequeño, sin ventilación, ni luz”. Él pudo salvarse gracias a ello, aunque alguno de sus amigos no corrió la misma suerte. Mientras escuchaba las explosiones cada vez más cerca, se acordaba de su amigo Cipriano Arrien, que estaba en un lugar del bosque desde donde se divisaba el pueblo. Cuando las bombas cesaron, Iriondo corrió hacia allí pero encontró a su compañero muerto. Desde aquel lugar también pudo ver algo que le dejó marcado, cómo su casa se hundía. De su infancia, Iriondo sólo conserva un retrato que se había hecho en el taller fotográfico donde trabajaba y que, como aún hace hoy, aquel día guardaba en la cartera. Otra superviviente del bombardeo, Josefina Odriozola cuenta cómo estaba vendiendo verduras con su madre en el mercado cuando comenzaron las bombas. “Lo dejamos todos allí y volvimos a casa corriendo. Los aviones grandes bombardeaban y los pequeños ametrallaban por todo alrededor. Todo era fuego”, recuerda Josefina. Afortunadamente, sus cuatro hermanas y el resto de su familia pudo sobrevivir al bombardeo gracias a que acudieron a su caserío, situado a las afueras de Gernika. Recuerda que su hermana, que trabajaba como cocinera en el cuartel que las tropas de Franco tenían en la localidad llegó a decirles a los militares que ellos eran los culpables, porque “los rojos no tenían aviones”. Gernika se recuperó de aquel horror y durante la pasada semana ha sido la Ciudad Mundial por la Paz. El lehendakari Juan José Ibarretxe acompañado por representantes municipales de ciudades como Hiroshima, Varsovia o Volvogrado (antes Stalingrado) así como por el Premio Nobel de la Paz, Alfredo Pérez Esquivel leyeron la declaración “Gernika por la paz” entre otros actos de aniversario. Además de la tradicional ofrenda floral a la hora exacta a la que empezó el bombardeo, en la ciudad vasca también se ha estrenado un documental “El bombardeo de Gernika” que muestra imágenes inéditas de la ciudad en ruinas y testimonios de los supervivientes.