FÓRMULA 1
El vacío de ‘Schumi’ agiliza la renovación de la parrilla
Por Roberto J. Madrigal3 min
Deportes18-03-2007
Tras despuntar en los campeonatos de GP2 y las World Series, llega al Mundial un puñado de jóvenes hambrientos de victorias, capitaneado por Lewis Hamilton y Heikki Kovalainen, que desembarcan directamente en equipos punteros como McLaren y Renault. Ambos, junto con Robert Kubica y Nico Rosberg, ya en su segundo año en la Fórmula 1, deben demostrar no sólo talento, sino también regularidad, quizá su única asignatura pendiente. Sin embargo, los pilotos más cualificados para el título, a expensas de sorpresas, se reducen a tres: el español Fernando Alonso y sus rivales de Ferrari, Felipe Massa y Kimi Raikkönen.
Promesas de futuro Las nuevas generaciones están llegando con fuerza: el talento de Lewis Hamilton y Heikki Kovalainen –precedidos por Nico Rosberg y Robert Kubica, pese a todo con resultados irregulares en su primera temporada– es el de pilotos llamados a quedarse en la Fórmula 1. Todos ellos comparten rasgos comunes: una carrera prometedora, con grandes resultados, cuyo último paso antes del gran circo fueron las competiciones de GP2 o las World Series. Ahora bien, excepto el polaco Kubica, todos ellos deben mostrar no sólo que son rápidos, sino que además son consistentes en carrera y no cometer errores. También debuta, aunque sin tanto ruido y más dudas sobre su capacidad para hacer crecer al equipo holandés Spyker, el alemán Adrian Sutil. También sigue siendo una promesa el estadounidense Scott Speed, después de que Toro Rosso esperase hasta el último momento para confirmar su puesto, a la expectativa de conseguir un resultado brillante tras una primera temporada algo discreta. No tan joven, pero igualmente debutante, es el británico Anthony Davidson, tras seis años como probador en Honda –y un par de carreras con Minardi en 2002–, con quienes ha demostrado que puede ser un piloto rápido y competitivo. Pilotos consolidados Pero el mejor piloto del momento, a juicio de los especialistas, no es otro que Fernando Alonso. El bicampeón del mundo ha demostrado todas sus cualidades y, ya sin la sombra de Michael Schumacher, al menos en la pista, aspira a la tercera corona, con permiso de la oposición de Ferrari, un equipo motivado como nunca pese a una profunda renovación: ahora bien, se espera más de un Felipe Massa que ha madurado enormemente tras compartir escudería con Michael Schumacher –y sumar sus dos primeras victorias, en Turquía y Brasil– que de un Kimi Raikkönen, si no más taciturno, en todo caso sí menos integrado al carácter latino de la Scuderia. Tras ellos andan pilotos como Jenson Button: el británico, tras conseguir en Hungría su primera victoria, perdió por fin la etiqueta de eterna promesa, un rol que –también con casi 120 carreras a sus espaldas– recae en el alemán Nick Heidfeld. Ambos son pilotos experimentados, asiduos a los puntos, pero a quienes se han resistido más los podios. Con algunas carreras menos, pero una proyección similar tras pasar por cinco escuderías en siete años: Benetton –como probador–, Minardi, Jaguar, Williams y ahora Red Bull, se halla el australiano Mark Webber. Además, con pocas aspiraciones de conseguir resultados más que arañar algún punto, pues llegan al circo ayudados por mecenas, se hallan pilotos jóvenes, aún con margen de mejora, como el italiano Vitantonio Liuzzi en Toro Rosso y el holandés Christijan Albers en Spyker. Veteranos en declive David Coulthard y Rubens Barrichello quedan, pues, como los pilotos con más temporadas a sus espaldas: 13 y 14, respectivamente. El escocés, ya en claro declive, aporta su experiencia en Red Bull, mientras que el brasileño, por más que trate de recuperar los resultados que consiguió en Ferrari, parece confirmarse más bien como un excelente segundo piloto. También ése parece el rol al que está destinado Giancarlo Fisichella, mientras que en Toyota, con un rendimiento similar, no se sabe muy bien quién es el primer piloto, si Ralf Schumacher –que no suma victorias desde que competía en Williams, a pesar de su suculento contrato– o el siempre inconsistente en carrera Jarno Trulli. Otro piloto relegado a un segundo plano, aunque no tan veterano, es el japonés Takuma Sato: después de sus excesos con Honda, bastante tiene con poder seguir compitiendo y aportando experiencia en el joven equipo Super Aguri. La única excepción, por su hambre de competir, debería ser Alex Würz: después de seis años sin correr un Gran Premio, desde que lo hiciera con Benetton en 2000, del austriaco –ya con 33 años– se espera mucho en un equipo que afronta muchas incógnitas en cuanto a su rendimiento.