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ETA

El Gobierno planea abrir el Pacto Antiterrorista a todos los partidos

Por Irene E. SánchezTiempo de lectura3 min
España06-01-2007

Un pacto que viene. Un nuevo pacto que, tras el último atentado de la banda, quiere unidad frente a los terroristas. Aquellos que arramblaron el 30-D con la vida de dos personas, culpables del “dentro de un año estaremos mejor que hoy”, trocado por el “hoy estamos peor que nunca” de Zapatero, son los que dicha iniciativa quiere por fin vencer a través de la paz.

El Gobierno tiene claro que la unidad es esencial para derrotar al terrorismo. Es por ello por lo que planea elaborar un nuevo pacto antiterrorista, por lo que se despide de esta forma del viejo formado por PP y PSOE. Para ello, necesita de las demás fuerzas políticas, requiere de su apoyo y de su compromiso. El Partido Popular está en el punto de mira de los socialistas, que lo consideran primordial para el seguimiento del nuevo pacto. De esta forma, la oposición no se ha negado en rotundo a la nueva estrategia antiterrorista. Sin embargo, no ha dejado de criticar y juzgar al Gobierno y a su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, en cuanto a su actitud ante el proceso, su ambigüedad al no darlo directamente por zanjado tras el atentado y a su posición frente a este último. Las críticas más recientes llegan del Secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, que puso en tela de juicio la actitud del presidente al reunir a un corrillo de periodistas durante la Pascua Militar para “dar por roto” el proceso y no hacerlo de manera pública ante toda la ciudadanía. Para éste, los ciudadanos esperan de su propia boca un relato “transparente” acerca de lo ocurrido durante estos años y lo que les espera en el futuro. Zapatero también rectificó las palabras del secretario de Organización de su partido quien admitió errores en el proceso. Esta rectificación ha sido interpretada por el PP como una incapacidad del presidente admitir errores. Por su parte, el PNV, segundo punto de mira del Gobierno, está en dos partes dividido. La primera, representada por las declaraciones del lehendakari, Juan José Ibarretxe, que afirma no querer “que el proceso de paz se desmorone” y que “el Gobierno vasco “no va a dar por roto el proceso de paz ni el diálogo político para encontrar soluciones". La segunda está representada por el presidente del partido, Josu Jon Imaz, que asegura que es ETA la única responsable del fin de la tregua. Además, juzga la posición de Batasuna cuando afirma que no condena el atentado de Barajas. La portavoz de ERC, Marina Llansana, consideró por otra parte que la finalización del “alto el fuego” no debe ser "un punto y final" del proceso. Pese a reconocer que “ETA se ha equivocado rotundamente” y lamentar las consecuencias del atentado, Llansana pidió que se pudiera “reprender el camino político de debate tan pronto como sea posible porque se han creado unas expectativas legítimas de paz en el seno de la sociedad vasca y en la del estado español y, por lo tanto, nadie tiene derecho a defraudarlas". Sorprendentemente, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao, señaló además que la banda terrorista ETA ha sido quien "ha puesto más de su parte" para salvar el llamado “proceso de paz”. La importancia que da el Gobierno al apoyo de dichos partidos nacionalistas no es del todo aceptada por algunos miembros del PSOE. Es el caso de la socialista Rosa Díez, que criticó duramente el acuerdo del presidente Zapatero con sus “socios nacionalistas” para acabar con el terrorismo. Comenta que el presidente del Ejecutivo “sólo tenía en cuenta sustituir un acuerdo previo con un compromiso” con dichos socios. Argumenta a su vez que “los batasunos siempre han sido partidarios de la negociación política”.