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ESTADOS UNIDOS

Bush cohabitará con la mayoría demócrata en el Senado y el Congreso

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura2 min
Internacional12-11-2006

La era de la cohabitación ha llegado. Tras el descalabro electoral del Partido Republicano en las legislativas de la pasada semana, el Gabinete del presidente norteamericano, George W. Bush, tendrá que coexistir con las mayorías demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes. Por ello, ambos partidos intentan dar una imagen de conciliación.

Era de esperar que tras la victoria demócrata en las legislativas, y la consecuente pérdida del control del Senado y la Cámara de Representantes norteamericana por parte de los republicanos, éstos tendrían que dar un giro a su política para abrir una nueva época, la de la cohabitación. Y es que con los demócratas controlando ambas cámaras, prácticamente todas las iniciativas del Ejecutivo estadounidense del presidente George W. Bush tendrán que ser negociadas con sus rivales políticos. De momento, ambas partes han enterrado el hacha de guerra y tratan de mostrarse ante la ciudadanía del país como dos fuerzas reconciliadas. “Hay que dejar atrás las elecciones y empezar a trabajar juntos (...) los norteamericanos desean que todos nos sobrepongamos a intereses partidistas, mi Gobierno cumplirá su parte”, afirmó un Bush que ha pasado de ser presidente a ser un árbitro entre las dos fuerzas políticas americanas por antonomasia. Algunos analistas incluso afirman que la personalidad férrea y marcadamente conservadora del mandatario, se ha desvanecido para siempre. Tras situar al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld como responsable, ya que es un personaje muy relacionado con la Guerra de Iraq, uno de los principales factores de la derrota republicana, ya se habla de más destituciones. Éstas se llevarían a cabo en el marco del necesario entendimiento con los demócratas más que como decisión personal de Bush, pero se especula con la posibilidad de sustituir a altos cargos de la línea más dura del partido republicano, entre ellos John Bolton, embajador de Estados Unidos en la ONU e incluso se señala al vicepresidente Dick Cheney. Asimismo, los republicanos podrían hacer concesiones a sus rivales en materias fiscales, energéticas y de política exterior, concretamente Iraq, un tema sobre el que Bush espetó: “es el frente central de la guerra contra el terrorismo, pero estamos abiertos a cualquier idea o sugerencia que nos ayude a conseguir nuestros objetivos”, o lo que es lo mismo, permitirá lo impensable hasta ahora, la injerencia de los demócratas en la estrategia en Bagdad. Por su parte, el líder demócrata del Senado, Harry Reid, ha garantizado que su partido “jugará limpio” en este nuevo marco, y no solicitará el proceso de impeachment por las mentiras de Bush a los ciudadanos sobre las armas de destrucción masiva en Iraq. Asimismo, selañó que su partido impulsará un paquete rápido de reformas entre las que se incluirán la de las leyes de inmigración, impulso a la investigación con células madre, aumento del salario mínimo y reducciones fiscales para empresas.