EE.UU.
Bush promete llevar a Bin Laden ante la Justicia en el aniversario del 11-S
Por Miguel Martorell3 min
Internacional11-09-2006
La semana pasada se cumplieron cinco años del atentado más cruento de la historia de la Humanidad. El mundo entero tuvo palabras para las víctimas de los terribles ataques al World Trade Center de Nueva York, aunque tampoco faltaron voces críticas contra el recorte de libertades que ha supuesto la guerra contra el terror de la Administración norteamericana. De momento, la lucha continuará: El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no dudó en comprometerse a detener al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, para llevarlo ante la Justicia en su declaración presidencial por el quinto aniversario del 11-S.
El mismo día que EE.UU. guardaba dos minutos de silencio -a las 8.46 y a las 9.03- a las horas exactas que los dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas, el número dos de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, hablaba en un vídeo. En la cinta, el grupo terrorista califica de "enemigos del Islam" a las tropas de la Fuerza de Interposición de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) y critica la resolución 1.701 de la ONU, que puso fin a la guerra entre Israel y Hezbolá. Para Al Qaeda, es una resolución "diseñada para humillar a los musulmanes" y su "mayor problema" es "su declaración de la existencia del Estado judío". Además, el número dos de Al Qaeda reclamó a los musulmanes del mundo que se enfrenten a Occidente y advirtió de "nuevos sucesos" en una cinta de una hora y 16 minutos de duración en la que se podían ver imágenes de terroristas preparando atentados en las montañas de Afganistán. Desde el otro lado del Océano, George W. Bush comparecía en todas las televisiones norteamericanas con un mensaje presidencial. "Estados Unidos te encontrará y te llevaremos ante la Justicia", proclamó el presidente estadounidense, que considera la guerra contra el terror "una lucha por la civilización, por mantener el estilo de vida del que disfrutan los países libres". "Ganar esta guerra requerirá los esfuerzos decididos de un país al unísono", sentenció el mandatario. Esta llamada a "dejar de lado nuestras diferencias y colaborar para superar la prueba que la historia nos ha dado" no es casual. La CNN difundió hace poco una encuesta en la que se indica que el número de estadounidenses que culpa directamente a Bush por los atentados del 11-S se ha incrementado casi del 30 por ciento hasta el 50 por ciento en sólo cuatro años. "Derrotaremos a nuestros enemigos, protegeremos a nuestro pueblo y llevaremos el siglo XXI a una brillante era de libertad humana", concluyó. Bush no pudo evitar referirse a la dramática situación de Irak, donde reconoció, sin ahondar en ellos, que se han cometido "errores". El primero de ellos, culpar al ex dictador Sadam Husein de los atentados cuando "no era responsable de los atentados" del 11-S. Sin embargo, el presidente de EE.UU. aseguró que "el régimen de Sadam Husein era una amenaza clara y representaba un riesgo que el mundo no se podía permitir". Actos de homenaje Con motivo de los atentados en Nueva York, Washington y Pensilvania que dejaron casi 3.000 muertos, el presidente participó en toda una serie de actos conmemorativos de la masacre terrorista en cada uno de esos lugares. Así, la jornada de Bush comenzó en Nueva York, donde junto a su esposa, Laura Bush, se reunió con las Fuerzas de Seguridad y demás voluntarios que socorrieron a las víctimas de los atentados. Posteriormente, se trasladó a Shanksville (Pensilvania) y a las afueras de Washington. Aunque en casi todo el mundo se pudieron oir mensajes de condolencia, no faltaron las críticas a unos métodos poco ortodoxos en la lucha contra el terror. La canciller alemana, Angela Merkel, recalcó que la guerra contra el terrorismo no puede ganarse sólo con la violencia y consideró que "sólo tendrá éxito si reforzamos el desarrollo democrático y económico en las regiones en crisis implicadas y el respeto a los Derechos Humanos". La Presidencia de turno de la UE coincidió con Merkel en que "incluso en la guerra contra el terrorismo el fin no justifica los medios" y recalcó el deber de" cumplir las obligaciones del derecho internacional, en especial la legislación internacional en materia de Derechos Humanos". Pero el más duro en sus críticas fue el presidente venezolano, el siempre polémico Hugo Chávez. El mandatario latinoamericano no dudó en acusar a la Administración Bush de preparar los atentados del 11-S "para justificar las agresiones que de inmediato se desataron sobre Afganistán y sobre Iraq, y las amenazas contra todos nosotros". "Todavía no está claro cuál fue la causa, quién dirigió aquel hecho terrible que le dio la excusa al imperio para arremeter con más saña y furia contra el mundo", afirmó Chavez.