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IRAQ

Talabani fija en más de mil las muertes por la violencia sectaria en Bagdad

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura2 min
Internacional14-05-2006

El recientemente reelegido presidente de Iraq, Yalal Talabani, aseguró la pasada semana que la espiral de violencia entre chiíes y suníes acaecida en Bagdad durante el mes de abril dejó tras de sí la friolera de 1.091 muertes. Asimismo, el comunicado del presidente admitía que la cifra sería “mucho más alarmante” si se sumaran los cadáveres del resto de provincias del país. Talabani también sentenció que estos crímenes “no pueden ser aceptados por ninguna ley ni religión.”

Debido a lo extraordinario de la cifra, el mandatario kurdo instó a la sociedad iraquí y a la clase política del país a que pusieran todo de su parte para poder poner fin a la violencia, ya que según Talabani, ésta “mina la unidad nacional.” Pero parece que, al menos durante la pasada semana, las palabras del presidente iraquí han caído en saco roto. Y es que a las pocas horas de su comunicado, 17 personas murieron y más de 30 resultaron heridas en un atentado perpetrado en Tal Afar, al norte de Bagdad. El modus operandi del ataque fue una vez más la explosión de un coche por parte de un terrorista suicida, esta vez, en pleno mercado local. La mayoría de la población de la ciudad es suní. Días más tarde, otros dos kamikazes mataban a una quincena de iraquíes en los aledaños del aeropuerto de Bagdad, que cuenta también con una gran presencia de soldados norteamericanos. Además, en la capital iraquí se encontraron los cadáveres de 10 personas con evidentes secuelas de tortura y otro ataque acabó con la vida de al menos 3 policías. También dos de los guardaespaldas del ministro de Exteriores saliente, Hoshiar Zebari, murieron durante el ataque a un convoy oficial. Mientras tanto, en Basora dos soldados británicos morían durante una incursión de la insurgencia en una base de la coalición en la ciudad. La violencia se recrudece en una semana en la que el nuevo primer ministro, Nouri Al-Maliki, ha iniciado una ronda de contactos con los dirigentes de todos los partidos políticos de la escena política iraquí. El objetivo es el de formar un gobierno de unidad nacional antes de que expire el plazo fijado en la Constitución para la investidura de un Ejecutivo, el día 22 de mayo. Los grupos políticos tienen de plazo toda esta semana para solicitar los ministerios de los que desean encargarse, peticiones que serán estudiadas por el premier Maliki.