Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

EE.UU.

El único imputado por el atentado del 11-S declara contra sí mismo

Por Berta PardalTiempo de lectura2 min
Internacional02-04-2006

Moussaoui fue detenido en Minesota el 16 de agosto de 2001 tras la masacre del 11-S que costó la muerte de más de 3.000 personas. En su momento declaró que tenía algunos datos sobre el plan general, pero desconocía qué día iban a tener lugar las acciones terroristas. La semana pasada, al acusado cambió su declaración.

Zacarías Moussaoui, la única persona imputada en EE.UU. por los atentados del 11 de septiembre de 2001, afirma haber sido uno de los pilotos que debía estrellar un avión contra la Casa Blanca como parte de la ofensiva terrorista. El pasado año, Moussaoui aseguraba que el atentado contra la Casa Blanca iba a realizarse después del 11-S dependiendo de si Estados Unidos liberaba a un jeque egipcio radical. Moussaoui se declaró culpable el año pasado de ser miembro de la red Al Qaeda, acusada de organizar los atentados, y dijo que se matriculó en una escuela de aviación para participar en futuras operaciones y que aceptó participar después de tener un sueño, sobre el que habló con el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. El juicio, en fase de sentencia, se inició hace semanas, aunque sufrió varias interrupciones por irregularidades procesales. La defensa presentó las declaraciones escritas de estos presos para restar importancia a la declaración del propio Moussaoui, quien dijo el pasado lunes que debía secuestrar un quinto avión el 11 de septiembre y estrellarlo contra la Casa Blanca. Los abogados trataban de compensar los daños que se infligió cuando declaró a pesar de que le dijeron que era inconveniente hacerlo. Dos agentes de alto nivel de Al Qaeda, presos en Estados Unidos, dijeron que Zacarías Moussaoui no participó en los ataques del 11 de septiembre del 2001, y uno de ellos lo calificó de inadaptado que se negaba a cumplir órdenes, en declaraciones ante el tribunal. En los dos casos, sus testimonios fueron leídos al jurado porque el Gobierno se negó a permitir que comparecieran. En la ultima jornada del proceso, la defensa trató de desacreditar al acusado en un intento para demostrar que "no está bien de la cabeza", como dijo Nurjaman Riduan Isamuddin, terrorista capturado en 2003. La acusación se esforzaba en defenderle, en convencer al jurado de que dice la verdad y que merece la pena de muerte. Es éste, el jurado, el que debe decidir si el único hombre acusado por los ataques del 11 de septiembre será ejecutado o condenado a cadena perpetua. Si el jurado recomienda la pena capital, habrá una segunda vista con nuevas declaraciones.