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TRABAJO

España, abierta a los trabajadores de Europa del este

Por Elena De Román MartínTiempo de lectura2 min
Economía11-03-2006

1 de mayo. Ése es el día a partir del cual España permitirá la libre circulación de trabajadores de los nuevos países que entraron en la Unión Europea tras su última ampliación. Así lo ha anunciado José Luis Rodríguez Zapatero durante la visita del presidente polaco, Kazimierz Marcinkiewicz, en la III cumbre hispano-polaca, celebrada en Granada.

La mayoría de los 15 países que formaban la Unión Europea antes de la entrada de los nuevos estados en mayo de 2004 impuso a los trabajadores de Eslovaquia, Eslovenia, Letonia, Lituania, Hungría, Polonia y la República Checa restricciones transitorias a su circulación, mientras que se permitió la libertad de movimientos a Chipre y Malta. Los únicos países que no aplicaron ninguna limitación fueron Reino Unido, Irlanda y Suecia, quienes, según la Comisión Europea, han experimentado un elevado crecimiento económico, una reducción del paro y un incremento del empleo. Por su parte, Hungría, Polonia y Eslovenia impusieron restricciones recíprocas. Estas medidas tenían un efecto transitorio de dos años que culminaría en mayo y que podría prorrogarse, como máximo, hasta el 2011. Ya en su momento, el comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad, Vladimir Spidla, se mostró a favor de la eliminación de estas disposiciones, algo con lo que también estaba de acuerdo el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, quien en enero de este año afirmó que España era “favorable” a acabar con las restricciones y permitir la libre entrada de mano de obra. La iniciativa de Zapatero ha sido muy bien recibida por el presidente polaco, quien ha celebrado “la valiente decisión” del presidente del Ejecutivo. Según Marcinkiewicz, el anuncio de Zapatero es de “enorme importancia” para el país polaco, que tiene un “magnífico potencial de trabajadores”, con 10 millones de jóvenes “estupendamente formados y preparados”. Ante el temor de una afluencia masiva de trabajadores de Europa del este, Zapatero ha minimizado esta posibilidad y ha hecho hincapié en que la economía española es sólida. Además, ha añadido que la decisión responde a un “principio de ciudadanía europea en el que España cree profundamente”. En la actualidad viven en España 35.000 polacos, de los cuales cerca de 10.000 se acogieron a la última regularización de inmigrantes ilegales.