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INTERNACIONAL

Bush alcanza en India un acuerdo de cooperación nuclear

Fotografía
Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura3 min
Internacional05-03-2006

Veni, vidi, signi, llegó, vio y firmó. El presidente estadounidense, George W. Bush, viajó la semana pasada a India para rubricar un acuerdo nuclear entre ambos países que se preveía complicado. Al final, las reticencias del Congreso norteamericano y las exigencias de transparencia para el programa atómico de India no fueron escollo para la firma del pacto. India obtendrá uranio a cambio de su cooperación con los organismos atómicos internacionales.

El histórico acuerdo del presidente Bush con el primer ministro indio, Manmohan Singh, permitirá al Organismo Internacional de la Energía Atómica visitar cuando lo estime preciso las centrales nucleares de India. Este es un paso muy importante para la Comunidad Internacional, ya que Nueva Delhi posee la bomba desde los años setenta y hasta la fecha no había firmado ningún acuerdo de regulación nuclear, ni siquiera el Tratado de No Proliferación. A cambio, India se verá provista de uranio y del apoyo estadounidense en materia nuclear. El pacto firmado por Bush y Singh también prevé la separación clara entre las plantas nucleares de uso civil y de uso militar. Precisamente este hecho fue uno de los escollos en la negociación, ya que resultó complicado determinar cuáles de los 22 reactores indios estaban destinados a la producción de energía y cuáles no. Además, Bush exigió garantías de que los reactores considerados como civiles no puedan llegar nunca a utilizarse con fines militares. El motivo de este empeño del presidente estadounidense es el de evitar que el acuerdo alcanzado con India origine un rearme de Pakistán, tradicional enemigo y poseedor de la bomba atómica. Además de esto, Bush necesita garantías de que el país asiático será un aliado nuclear seguro. El Congreso norteamericano no ve con buenos ojos que su presidente haya firmado un pacto de estas características sin que India haya rubricado el Tratado de No Proliferación (TNP). Bush tendrá que convencerlo. La cordialidad del primer ministro Singh con su invitado no fue extensible al resto del país. Miles de manifestantes recorrieron con motivo de la visita del presidente norteamericano las calles de Calcuta, Bombay, Nueva Delhi y otras ciudades del país para mostrar su rechazo a la política norteamericana. En su mayoría, los manifestantes eran estudiantes universitarios y musulmanes aún furiosos por la crisis de las viñetas y nostálgicos filosoviéticos. Pese a las medidas de seguridad, un atentado promaoísta en el estado de Chaltisgarh causó una veintena de muertos. La situación nuclear en Asia parecía, al menos hasta ahora, insegura a ojos del espectador internacional. Tres países, India, Pakistán y China poseen la bomba atómica, y sólo el último de ellos fue signatario en su momento del TNP. Además, el anhelo de Corea del Norte de hacerse con los recursos necesarios para obtener este tipo de armamento configura un mapa nuclear complicado si a ello se suma la eterna tensión entre indios y paquistaníes. India se deja querer India está despertando. Son ya pocos los resquicios de aquella economía basada en los principios comunistas que inspiraron las buenas relaciones con la URSS en los años setenta. El país quiere ahora liberalizar su mercado para la inversión extranjera y consolidar el ritmo de crecimiento de su economía que actualmente se sitúa en torno al ocho por ciento anual. Para ello, precisa urgentemente de recursos energéticos, una necesidad que se verá satisfecha con el nuevo acuerdo nuclear. Los expertos vaticinan que India se convertirá dentro de unos 10 años en el país con mayor crecimiento demográfico y económico del mundo, desbancando a China de su actual posición. Todo apunta a que Nueva Delhi desplegará la alfombra roja a los inversores extranjeros para lograr sus objetivos de crecimiento, pero no debería de olvidarse de que el 35 por ciento de su población vive con menos de un dólar al día.