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DEFENSA

Las “armas” de Venezuela serán inspeccionadas por EE.UU.

Por Enrique García GarcíaTiempo de lectura2 min
España04-12-2005

La venta de material militar a Venezuela continúa generando tensiones entre el Gobierno y el Partido Popular (PP). Mientras tanto, se espera la reacción de EE.UU., que mostró públicamente su radical oposición a la operación. Los primeros argumentos en contra criticaron duramente que el Ejecutivo “estuviera armando al régimen de Chavez”.

Desde el Gobierno, tanto los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores, José Bono y Miguel Ángel Moratinos, respectivamente, como el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aclararon que la venta no incluye ningún material ofensivo. En concreto, se trata de 12 aviones de transporte y vigilancia (CASA CN-235 y CN-295) y ocho barcos de patrulla (cuatro de guardacostas y cuatro oceánicos), que podría ser muy aprovechado por las guerrillas de la zona, tal y como temían Colombia y EE.UU. La resistencia inicial de Colombia a esta venta estaba motivada, según explicó su presidente, Álvaro Uribe, por el contraste que presentaba con la cancelación de la venta a su país de varios carros de combate AMX-30 comprometidos durante el Gobierno de Aznar. El cierre, recientemente, de un nuevo contrato para la compra de varios aviones y helicópteros ha apaciguado las quejas desde Bogotá. Pero es desde Washington desde donde se matizan las principales objeciones. La primera potencia inspeccionará que ningún componente de tecnología norteamericana se venda con el material comprometido. Del mismo modo, comprobará que todo se hace de acuerdo a las leyes estadounidenses. Sin embargo, la tensión viene ahora de otras fuentes, ya que -amparándose en la nueva ley de Defensa- Hugo Chavez ha creado dos nuevos cuerpos paralelos al Ejército venezolano: la Reserva Nacional y la Guardia Territorial, integrados por voluntarios y reservistas. Por si fuera poco, el ejército regular acaba de realizar un simulacro de defensa en caso de invasión. La diferencia de valoraciones presenta, además, dos nuevos derroteros verdaderamente inesperados. Al parecer, Arabia Saudita -el mejor aliado de EE.UU. en Oriente Medio-, también podría estar interesada en adquirir material español, lo que quizá ayudaría a mejorar las relaciones con el Gobierno de Bush si la pretensión llega a cristalizar. También el reino árabe ha mostrado interés por incorporarse al programa de satélites de localización global europeo GALILEO.