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Israel mantiene la calma gracias al uso de la fuerza

Por Salva Martínez MásTiempo de lectura2 min
Internacional17-04-2005

En su seno y en los territorios palestinos, Israel utilizó la violencia la semana pasada para poder imponerse. La violencia sigue su curso a pesar de las declaradas buenas intenciones de israelíes y palestinos.

Gideon Eznar es el ministro de Seguridad Pública israelí. Hace dos domingos, Eznar defendió la represión de una manifestación de judíos ultranacionalistas que se dirigía a la Explanada de las Mezquitas: “es el lugar más sensible de todo Oriente Medio y haremos todo lo posible para evitar una provocación”. Cincuenta manifestantes ultranacionalistas judíos que se dirigían a un lugar de culto musulmán en Jerusalem, era una provocación. Tanto es así, que para recibir el cortejo de radicales en la explanada “esperaban” varios centenares de musulmanes. Por ello se desplegó un dispositivo de seguridad formado por 8.000 soldados israelíes que evitó el enfrentamiento entre judíos y musulmanes aunque no el enfrentamiento con los manifestantes ni los arrestos. Para evitar la provocación de los ultras judíos, 46 israelís fueron arrestados, 31 judíos y una quincena de musulmanes. Al día siguiente de esta muestra del ambiente que vive el país y que Ariel Sharon describió en su viaje oficial al rancho del presidente de EE.UU. como parecido al de una guerra civil, el Ejército israelí realizó una “operación de rutina” en Nablús. Así calificó un portavoz militar israelí el despliegue de una quincena de jeeps apoyados por helicópteros de asalto con el objetivo de arrestar activistas palestinos. También rutinoso resultó la semana pasada la expropiación de tierras palestinas en pro de la construcción del muro que separará tierras palestinas de las de Israel. Porque si el lunes pasado el Ejército se hizo con 150 hectáreas de tierras palestinas situadas al sur de Cisjordania, tres días antes, Israel se hizo con 120 hectáreas al oeste de Ramala. Aunque no fue el último abuso israelí de los pasados siete días. El jueves, militares israelíes vestidos de civil penetraton nuevamente en Nablús para matar a tiros a un miembro de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, organización responsable de ataques contra Israel dependiente del partido gubernamental palestino Al Fatah. Este asesinato contradijo las declaraciones del ministro de Defensa israelí, Saúl Mofaz, quien a principios de la semana pasada aseguró: “daremos al presidente palestino, Mahmhud Abbas, una nueva oportunidad” en materia antiterrorista. Estas declaraciones parecieron dar un voto de confiaza a una Autoridad Nacional Palestina que no pareció hacer mucho para impedir la casi una centena de proyectíles palestinos disparados contra objetivos israelíes en sólo dos días de la semana pasada. La ANP a pesar de estar “interesada en mantener la calma” no impidió ninguno de estos ataques. Este hecho manifiesta lo que los analistas del semanario británico The Economist sostienen sobre una ANP cuyos “servicios de seguridad no están en posición de imponer”. Por mucho que quiera el actual Ejecutivo israelí, “las pasadas elecciones palestinas le dieron a Abbas la Presidencia, no el poder”.