AJEDREZ
Fischer elude a la Justicia estadounidense
Por Cristóbal Cabezas2 min
Deportes26-03-2005
El ex ajedrecista, de 62 años, permanecía desde el mes de julio de 2004 en Ushiko (Japón), en un centro de Detención de Inmigrantes por intentar viajar a Filipinas con un pasaporte anulado por Estados Unidos, que tiene dictada contra él una orden de busca y captura. Fischer fue puesto en libertad gracias a que Islandia le concedió la nacionalidad.
Fischer fue apresado en Tokio cuando portaba un pasaporte con el que pretendía viajar a Filipinas. Su detención –o “secuestro”, como aseguró el propio Fischer– mantuvo durante ocho meses al ex campeón del mundo en un centro de inmigrantes, pendiente de que Estados Unidos consiguiera su deportación de Japón y lo juzgara. Fischer fue puesto en libertad gracias a que el Parlamento islandés le concedió la ciudadanía. La Justicia estadounidense reclama a Fischer desde 1992, después de que el ajedrecista violara una prohibición del gobierno de viajar a la antigua Yugoslavia –entonces sometida a embargo económico– con fines lucrativos. A punto de comenzar la guerra de los Balcanes, Fischer desobedeció el mandato y se desplazó a Sveti Stefan, en Montenegro, para disputar un torneo contra el ruso Boris Spassky, en el que se embolsó tres millones de dólares. Las autoridades del Departamento de Estado han manifestado su malestar por la resolución del problema, ya que “el señor Fischer es un fugitivo de la justicia” y existe además una orden de detención federal contra él, tal y como subrayó el viceportavoz Adam Ereli. “Hay una serie de cargos pendientes que pesan sobre el señor Fischer y que deberían ser atendidos en Estados Unidos”, insistió. Pero el Parlamento islandés concedió a Fischer la ciudadanía de su país, paso que permitió a las autoridades niponas eludir el problema jurídico que se les había planteado: según la ley, debía ser deportado a su país de origen –Estados Unidos– o de residencia, de modo que las autoridades niponas han tramitado finalmente su deportación a Islandia, después de que el embajador islandés en Japón, Thordur Oskarsson, hubiera informado por escrito a los Ministerios de Justicia y Exteriores de que se habían completado los procedimientos referentes a la ciudadanía islandesa “definitiva” de Fischer, un requerimiento exigido. Oskarsson no dudó en afirmar que Fischer “es un auténtico islandés”: el país europeo siempre le ha prestado su apoyo, pues en Reikiavik fue donde Fischer se convirtió, en 1972, en campeón del mundo, cuando le arrebató el título al soviético Spassky en la que fue calificada como partida del siglo. Fischer se convirtió en un héroe en su país en tiempos de la guerra fría, al romper la hegemonía soviética en el ajedrez. Sin embargo, en 1975 se negó a defender su título contra el ruso Anatoli Karpov por desavenencias con la Federación Internacional (FIDE). Además, sus diferencias con el presidente Richard Nixon le llevaron a renunciar a la nacionalidad estadounidense. En los últimos años, las comparecencias públicas de Fischer se han señalado por sus tintes polémicos, al acusar de conspiración –con tintes antisemitas– a quienes intentaban detenerlo.