CONSECUENCIAS
La UE adelanta la creación del espacio común de seguridad
Por Henrique García Facuriella1 min
Internacional16-09-2001
Una de las primeras medidas que pondrán en marcha los Quince será la orden europea de detención y extradición propuesta hace tiempo por España. Los líderes de los países miembros emitieron el pasado viernes una declaración conjunta en la que condenaron “los actos de barbarie” perpetrados en EE.UU. y mostraron su plena cooperación con el Gobierno estadounidense para “que los responsables de esos actos sean juzgados y castigados”.
En la declaración los Quince proponen la creación de “un movimiento antiterrorista fuerte a nivel mundial” y acelerarán los trámites para la construcción del espacio judicial europeo. Este proyecto prevé la puesta en marcha de la orden europea de busca y captura y el reconocimiento de las sentencias judiciales dentro de los países miembros. La declaración fue leída en todas las capitales de la Unión Europea antes de las 12 de la mañana del viernes, hora en la que se guardaron tres minutos de silencio en memoria de las víctimas. En la concentración de Bruselas estuvieron, entre otros, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, el alto representante de Política Exterior y Seguridad Común, Javier Solana, y el delegado de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Chawki Armali. Este último mostró sin reservas su condena al atentado y aseguró que “la Comunidad Internacional tiene que encontrar vías para erradicar el terrorismo”. Armali añadió, en referencia al primer ministro israelí, Ariel Sharon, “que nadie debe sacar partido de esta conmoción internacional y continuar unos crímenes extrajudiciales con la justificación de que se trata de acciones contra el terrorismo”. Los países árabes moderados han condenado el atentado y presentado sus condolencias al presidente de EE.UU., George W. Bush. Sin embargo, han condicionado su participación en la alianza internacional contra el terrorismo que pretende crear el líder estadounidense a que EE.UU. recupere su papel de impulsor del proceso de paz en Oriente Próximo. En este sentido, el rey Abdalá II de Jordania se dirigió a la Administración estadounidense a quienes dijo: “Si ustedes hubieran arreglado los problemas de Oriente Próximo, especialmente la cuestión árabe-israelí, dudo que los atentados se hubieran producido”.