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HOLOCAUSTO

Europa conmemora el aniversario de la liberación de Auschwitz

Por Chema GarcíaTiempo de lectura3 min
Internacional30-01-2005

“En mi condición de ex preso de Auschwitz, siento una emoción inimaginable y abrumadora al poder hablar en este cementerio sin tumbas, el mayor en la historia de Europa”. Con estas palabras revivió uno de los supervivientes del más nombrado campo de concentración nazi su paso por aquel infierno polaco en el 60 aniversario de la liberación del mencionado centro de exterminio por parte del Ejército soviético.

Mandatarios internacionales se reunieron el jueves de la semana pasada en Auschwitz junto a cerca de un millar de supervivientes para celebrar el final de aquel infierno en el que, entre 1940 y el 27 de enero de 1945, fallecieron más de un millón de presos. Si los actos centrales en recuerdo del Holocausto tuvieron su epicentro en el centro de exterminio polaco, los actos se extendieron por todo el suelo europeo con monumentos conmemorativos y foros centrados en el genocidio y el antisemitismo. En el acto celebrado en Auschwitz estuvieron presentes combatientes de la resistencia antifascista y cerca de 50 mandatarios de 38 países diferentes. Allí estuvieron, entre otros, el presidente ruso, Vladímir Putin, -como representante del país que liberó el campo-; el presidente polaco, Aleksander Kwasniewski, -como anfitrión-; el presidente alemán, Horst Koehler; y el israelí, Moshe Katsav. Por parte de EE.UU. acudió el vicepresidente, Dick Cheney; y por parte de Francia, estuvo su presidente, Jacques Chirac. Una vez dada la bienvenida a los participantes, uno de los supervivientes del genocidio Wladslaw Bartoszewski, hizo uso de la palabra. “Los rusos y los polacos eran tratados por los nazis en el campo como seres inferiores, pero los judíos, de cualquier país de Europa, sin distinción, eran tratados como bichos que había que exterminar”, explicó Bartoszewski, quien aún tenía tatuado en el brazo el número de preso 4.426. Posteriormente, el presidente polaco y el ruso también se dirigieron a los presentes, algo que no pudo hacer el alemán como nación autora del exterminio. La ceremonia comenzó con el silbido de un tren, simbolizando el momento en que los deportados llegaban a Auschwitz-Birkenau desde la Europa ocupada por los nazis. En aquel paraje, el régimen nazi estableció su campo de exterminio de judíos, al que iban a parar todos aquellos cuya condición física excluía que fueran aprovechados como esclavos. Entre 1940 y 1945 murieron dentro de sus murallas más de un millón de personas de inanición, de enfermedades, de agotamiento, de congelación o simplemente aniquilados en las cámaras de gas. La mayoría de las víctimas fueron polacos, pero también murieron soviéticos, húngaros, checoslovacos, holandeses, belgas y yugoslavos. Cuando el Ejército ruso entró a liberar al campo, había en él 7.000 presos, la mayoría niños. El aniversario no estuvo exento de polémica, el presidente israelí, Moshe Katsav, aseguró que “los Aliados no hicieron nada” por evitar el Holocausto en Auschwitz. “Hubiese bastado con bombardear las vías ferroviarias que unían a Auschwitz con Birkenbau para contener la matanza”, apostilló antes de asegurar que “es muy difícil entender por qué en el siglo XX, el mundo guardó silencio ante la tragedia de los judíos, por qué Palestina se mantuvo cerrada a los judíos que querían huir de Europa”. Por su parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, reconoció que el mundo, “para su vergüenza”, no ha sido capaz de evitar nuevos casos de genocidio como Camboya, Ruanda o la antigua Yugoslavia. “No podemos permitirnos el lujo de que estos hechos endiablados se repitan”, sentenció. Finalmente, el presidente francés, Jacques Chirac, reafirmó en la inauguración en París del Memorial de la Shoah, -nombre que los judíos dan al Holocausto-, la promesa de Francia de “no olvidar lo que no supo impedir” y de luchar contra el antisemitismo, que “no tiene cabida” en este país.