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CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR

Razones para el divorcio

Fotografía
Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión19-09-2004

“No tiene sentido que si nadie tiene que justificar por qué se casa, tenga que justificar por qué se separa”. Razón de peso de María Teresa Fernández de la Vega para explicar porqué en su nueva ley sobre el divorcio los cónyuges no han de explicar los motivos que les llevan a romper un compromiso entre ellos y con la sociedad. Por esa misma razón podría mi hermana dejar de pagar el coche recién comprado (no dio razones para explicar porqué lo pagaba, ¿por qué ha de darlas para dejar de hacerlo?). Mejor aún: un puñado de votantes socialistas (arrepentidos de lo que hicieron el 14-M) podrían -sin necesidad de justificación alguna -retirar sus votos y hacerle perder a esta señora su acta de diputada -la verdad es que pronuncia una detrás de otra-. La exposición de motivos para rescindir un contrato siempre es necesaria. Incluso, a veces -como les pasaría a los votantes del PSOE y a mi hermana- no es suficiente. La institución del matrimonio, origen de la familia -que es el motor de la sociedad-, tiene diversas ventajas sociales y fiscales -aunque esto tampoco lo tiene claro el PSOE-. Goza de algunos privilegios precisamente porque supone bastantes responsabilidades. Entre otras, crear estabilidad, hogar, convivencia, cultura. De ahí que cuando una pareja decide faltar a su promesa, rescindir un contrato, disolver un hogar y dividir una familia, no están de más las explicaciones. Lo que no tiene sentido, Fernández de la Vogue, es su cabeza, ni la del Gobierno, ni la del PSOE. Porque “tener sentido” significa apostar por un camino y seguirlo. Significa dirigirse hacia un lugar determinado. Significa ser coherente y avanzar. Pero usted, nuestro Gobierno y su partido no han demostrado aún nada de eso. Podría citar cerca de cien pifias, contrasentidos, renuncias y despistes de estos meses. Me sale media docena sólo esta semana. Pero me quedo con dos, la última suya, cuando anuncia que el trámite del divorcio durará diez días y, 48 horas después, se desdice: tendrán que ser dos meses. La última del presidente, Rodríguez Zapatero, cuando promete públicamente a los trabajadores de Izar lo contrario que a la SEPI, y viceversa. Pero, usted, tranquila, buena mujer, pues como no tiene que justificar por qué propone las leyes que propone, tampoco tiene por qué explicar las rectificaciones, contradicciones o despropósitos. Viva usted feliz sin justificación alguna, despreocupada como los pájaros, los escarabajos o las otras especies animales que no han de atemorizarse porque las ministras posen junto a pieles de sus congéneres en las revistas de moda.