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COYUNTURA INTERNACIONAL

Duisenberg alerta sobre la subida de precios que provocaría un ataque a Irak

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía15-09-2002

Los caprichos militares del presidente de Estados Unidos (EE.UU.), George W. Bush, pueden costar caros tanto para los ciudadanos de la UE como para los de Irak. Pero la forma del tributo difiere según los casos: si muchos iraquíes pagarán con su vida, otros muchos europeos lo harán con su dinero.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, ha mostrado su preocupación por los planes de Bush. Duisenberg ha advertido que si EE.UU., solo o acompañado, consuma su ataque a Irak, los efectos serán "imprevisibles", tanto en los mercados bursátiles como en la inflación de la zona euro. La obsesión de Bush por derrocar a Sadam Husein, completando la labor de su padre durante la guerra del Golfo, ha traído consigo un encarecimiento del petróleo en más de un 40 por ciento en lo que va de año. Según los analistas, por cada aumento del 10 por ciento en el precio de este producto, un país ve mermado su crecimiento en siete décimas. La situación puede empeorar si la guerra con Irak hace reaccionar a los países árabes de la zona, que utilizarían su control sobre el oro negro para presionar a Bush y a sus aliados. De este modo, la inflación se dispararía, con lo que la UE rebasaría con mucho sus previsiones del dos por ciento para este año. Todo este rosario de cábalas hace que la UE camine, según Duisenberg, sobre una "extrema incertidumbre". El daño económico de un posible ataque contra Irak se sumaría al de las recientes inundaciones en Centroeuropa, zona donde la UE deberá invertir grandes cantidades de dinero en subvenciones. Pero no sólo es Duisenberg el que está preocupado. También el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, ha dado la voz de alarma por el mal estado de las arcas estadounidenses. La "amenaza bélica" ha hecho que los dos dejen de lado, de momento, sus manipulaciones en los tipos de interés. El precio del dinero se mantiene en la zona euro, por tanto, en un 3,25 por ciento.