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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Para cuando llega la hora

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional19-06-2017

Reino Unido está viviendo momentos trágicos. En pocas semanas, ha sufrido dos ataques terroristas (en Manchester y Londres) y la capital británica también ha sido escenario de un incendio devastador en una torre de viviendas. Este último se ha cobrado oficialmente la vida de 30 personas, aunque la cifra podría triplicarse, ya que hay decenas de desaparecidos, a los que la Policía da por muertos. El fuego se inició por la noche y muchos de los inquilinos dormían y no tuvieron tiempo de escapar.

En un país que ha sido víctima del terrorismo tan frecuente y recientemente, el primer pensamiento es que lo ocurrido se debe a un atentado (esta creencia es uno de los logros de los terroristas). Sin embargo, las primeras investigaciones apuntan a un accidente y a ciertas negligencias.

Sea como fuere, conviene no escatimar esfuerzos para saber qué ocurrió, ya que no es habitual que un incendio que parece que se inició en una cocina de la cuarta planta se avive tan rápidamente y se apodere de todo el edificio, de 24 alturas, hasta destruirlo.

Habrá que depurar responsabilidades y tomar medidas para evitar que sucesos tan trágicos como este se repitan. La construcción, además, había sido rehabilitada hace pocos años, por lo que se supone que tenía que cumplir una serie de normativas específicas. En este caso, o no las cumplía, o no funcionaron, o directamente las leyes son laxas y habría que cambiarlas.

Además, es muy importante, apoyar a los heridos y a las familias de las víctimas, que una vez más vuelven a sufrir la tardanza de las autoridades británicas. Si en el atentado de Londres tardaron hasta cuatro días en identificar los cuerpos de los fallecidos, que lo fueron por atropello o arma blanca, es mejor no pensar cuánto pueden llegar a demorarse en este caso, cuando hay muchos más muertos y, además, los cadáveres están calcinados.

Este accidente también sirve para recordar y mostrar la debilidad del ser humano. Muchos se creen invencibles, que están por encima del bien y del mal, pero en cualquier momento y circunstancia la muerte puede sorprender. En este caso, muchas personas estaban descansando y se vieron acechadas por las llamas y por el humo y poco pudieron hacer para escapar.

Hay que ser consciente de que no se sabe cuándo va a llegar la hora final. Por eso, hay que estar lo más preparado posible para este momento y tener la conciencia tranquila. La sociedad cada vez es más superficial, consumista, egoísta y los individuos se van aislando, a pesar de estar muy conectados. Por si no fuera suficiente, muchas personas viven lastradas por hechos del pasado y ansían conseguir cosas que no tienen. Precisamente, ambos aspectos les impiden disfrutar del presente, del momento en el que están viviendo y de sus seres queridos.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD