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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Y no lo sabíamos

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura3 min
Sociedad21-02-2017

Lo canta el tango: "Veinte años no es nada". Y lo dice el poema: "Y no lo sabíamos"... Hace dos décadas un grupo de jóvenes ilusionados con el Periodismo nos lanzábamos al mar abierto de Internet de la mano de LaSemana.es, un medio pionero (eso no se lo quita nadie) por el que han pasado 600 redactores. Y, sí, eran otros tiempos, y ya ha corrido lo suficiente el calendario como para contar batallitas: entonces no se estilaba la nube, ni había Wi-Fi, ni la gente llevaba su mundo real y virtual en un dispositivo móvil.

Entonces, aquellos jóvenes ilusionados no lo sabíamos, pero el Periodismo nos aguardaba con sus luces y sus sombras, con sus besos y sus arañazos, y con sus sonetos y sus canciones desesperadas. Y aquí seguimos, de otra manera, pero desnudos igualmente ante el vértigo abismal y responsable de la pantalla en blanco; con aquellos recuerdos amargos de atentados de Eta de los que los millennials no son conscientes; con las notas y convocatorias de prensa por fax y el intercambio de contenidos en disquete.

Hace veinte años, una soñaba con el Periodismo taurino, como si el apellido importase en esta profesión vocacional de picapedreros. Y no, no lo sabía. Por entonces mandaban en ese mundo de revisteros un puñado de periodistas de los de antes y el copia-pega y el ego sin fondo que hoy exhiben algunos 'periodistas taurinos' en las redes sociales era un utópico sueño de ficción. Había ego, sí, pero también calidad y maestría... La vida es un toro y hay que torearlo, dice otra canción que muchos condenarán a la pena de la caspa. Pero eso no quita para que las redes sociales estén sembradas de morlacos que cornean al bulto tras el pelaje de invierno del anonimato...

Precisamente, una entrevista al alma de un torero (que la tienen, señores, no me lo nieguen) me dio una lección que he tratado de mostrar en LaSemana.es, en el Periodismo y en la vida, tanto monta.

La persona.

Ya había oído hablar de la importancia de ese concepto en la Universidad, esa fase clave en la madurez de muchos, y comencé a entenderlo en este espacio virtual sobre el que, veinte años después, sigo pariendo líneas.

También escuché (aunque no me creí a la persona que lo dijo) aquello de que "la ética debe acompañar al periodista como el zumbido al moscardón", como dudé de la integridad moral de quienes alardean de periodismo social con citas a Kapucinski y su "para ser buen periodista hay que ser buena persona"... Obras son amores.

Pero de todo se aprende. Ahora, curados los arañazos y asimilados los besos que nos ha propinado a muchos esta bendita profesión, veinte años después, casi 700 números de LaSemana.es, más de media vida de esta aprendiz de periodista, aún lo sigo descubriendo tras haber llegado a la certeza del maestro Benedetti: "Éramos jóvenes, pero no lo sabíamos".

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo