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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Los 'rebajeros'

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad09-01-2017

Principios de enero. La misma imagen de todos los años. O parecida. Seguramente protagonizada por muchos que repiten edición tras edición. Colas a la espera de que abran las puertas de tiendas de moda y centros comerciales. Carreras en manada. Salvajismo consumista por ver quién se hace con la prenda que varias personas han capturado por un extremo distinto en un montículo de productos.

Y luego, claro, el minuto de gloria con entrevistas a rostro descubierto ante las cámaras en las que el rebajero de turno (aquí solemos ganar las féminas, luego dicen de los tópicos…) muestra el preciado trofeo de su cacería, como si el ser adquirido estuviese aún caliente y palpitante. Es la época de los rebajeros. La temporada de los chollos, dicen. La alegría de la cuenta corriente. Un exceso más tras los excesos.

Los comerciantes, con razón, aplauden. Y tiran de calculadora. Esta temporada esperan aumentar las ventas un 5%. Mientras, las asociaciones de consumidores repiten el mantra cenizo del “¡Ojo, cuidado! Que no es oro todo lo que reluce, que gangas hay pocas y tretas muchas, que los reclamos nos vacían los bolsillos cuando adquirimos productos innecesarios”.

Pero no todo en España va bien. Ha bajado el paro, cierto; hay más ánimo de gasto, también; los comercios y la hostelería están más animados que un puñado de meses atrás, es palpable; pero la precariedad laboral no evita que cientos de miles de familias estén en riesgo de pobreza y exclusión; que continúen los concursos de acreedores, los eres y los desahucios, ni que cada cinco días muera una persona sin hogar en España.

Es un extremo. Es verdad. Pero la vida bajo el puente también es una realidad, incluso en la época de los rebajeros de enero. El desgaste físico y psicológico y las condiciones en las que malviven centenares de seres humanos en España les condenan a un final tan prematuro como ignorado por quienes nos cruzamos a diario con ellos, en sus bancos, en sus rincones en el suelo, en las puertas de los centros comerciales y en las escalinatas de las iglesias…

Una de las últimas víctimas de estas situaciones injustas ha sido Salva, que solía estar en pleno corazón de Madrid, en la plaza de Colón, muy cercana a la milla de oro de las tiendas de lujo y las rebajas. Pero Salva no tendrá un minuto de gloria para contar a todo hijo de vecino que logró hacerse con un jarsey made in Asia cuya etiqueta marcaba un 70% de descuento.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo