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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Trump también se merece respeto

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional05-12-2016

Uno de los problemas que tiene el mundo actual es la falta de respeto hacia los demás. No hay que irse muy lejos para darse cuenta de ello, ya que en los ámbitos más cercanos también se aprecia esta lacra. Cada vez hay más personas que creen que tienen muchos derechos y pocas obligaciones. Sin embargo, siempre hay que tratar al prójimo como cada uno quisiera que lo trataran a él mismo.

En Estados Unidos, desde que Donald Trump ganó las elecciones, se están registrando numerosas muestras de falta de respeto al que va a ser el próximo presidente de Estados Unidos. Evidentemente, durante las primarias republicanas y en la campaña electoral, Trump cometió excesos verbales, fue un provocador y hasta grosero.

Sus exabruptos son de mal gusto, pero podrían llegar a justificarse porque precisamente es en las campañas electorales donde se comenten este tipo de actos para arengar a las masas y captar el mayor número de votos. En ese sentido, también se entiende que tanto los contrincantes como los medios de comunicación contrarios a sus políticas entraran al trapo en el fragor de la campaña electoral.

Sin embargo, desde que sabe que es el ganador, Trump se está comportando de una manera más suave, casi ejemplar, realmente sorprendente, y hasta conciliadora. Por eso, seguir ridiculizándolo en los medios de comunicación puede hacer mucha gracia y generar audiencia, pero realmente es una falta de respeto, ya que Trump está en modo presidencial. Con sus errores y sus aciertos, como todo ser humano, es el próximo presidente de todos los estadounidenses, le hayan votado o no (y casi la mitad de las personas que acudieron a las urnas confiaron en él y en sus promesas).

La actitud menos conveniente es la de ser sectario y criticar a Trump lo que no se ha censurado a otros presidentes. Si Trump dice que va a deportar a tres millones de inmigrantes irregulares, se puede poner el grito en el cielo por esta medida. Lo que no se debe hacer es criticarla cuando antes se ha estado callado mientras Obama expulsaba a una cantidad muy similar.

Evidentemente, Trump no tiene experiencia política y hasta se puede dudar de sus aptitudes para ser el presidente de la primera potencia del mundo. Lo que hay que hacer, a pesar del terremoto que ha causado su elección y de la incertidumbre que ha generado tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, es darle un voto de confianza y ver cómo es su Presidencia.

El hecho de que Estados Unidos tenga tanto poder global conlleva que haya políticas estructurales que son muy difíciles de cambiar, independientemente de quien esté en la Casa Blanca. Además, conviene recordar que Trump no va a gobernar solo, sino que va a tener muchos asesores, y como dice el dicho: "Lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe".

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD