ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Bendito abrazo
Por Almudena Hernández 2 min
Sociedad19-03-2018
Hace más de una semana que el estómago se nos quedó encogido ante la comilona familiar del domingo. La Guardia Civil había encontrado el cuerpo de Gabriel, un niño de Níjar (Almería) que llevaba desaparecido 12 días. El ejemplar saber estar de sus padres ante tamaña tragedia ha marcado un antes y un después. Y ha conmovido a muchos mientras miles de personas (millones de españoles, diría yo) llorábamos entre la imagen infantil sonriente del 'pescaíto' y la bufanda azulona que siempre lucía su madre para recordarle.
El rosto de ella, Patricia, adelantó la imagenería barroca de la Semana Santa: una dolorosa esperanzada, madre, agradecida, sufriente pero orgullosa de recibir tanto amor, acariciando siempre y a quien fuera, consoladora y con la mano en el otro. Algunas veces bien que agradezco no tener que cubrir informativamente acontecimientos así. Bien me paga el Periodismo con no tener que derrumbarme en un directo de televisión. Tampoco me cambiaría ni por el mismísimo ministro del Interior, del color que sea, ni aunque Patricia me hubiera regalado, como hizo con él, el símbolo de aquella bufanda.
Desde el día de esa comilona que viví tan lejos de Almería, he pensado muchas veces que seguro que lo de Gabriel ha motivado más de un abrazo en las familias españolas. Seguro que muchos besan y arropan a sus hijos de un modo distinto por las noches; y en las reprimendas se frenan por la fuerza de gravedad que impone la necesidad de un abrazo a ese cuerpecillo. Casi como el abrazo con el que se fundieron los agentes que localizaron el cadáver del 'pescaíto' después de buscarlo vivo con tanta tenacidad y esperanza. Todos tenemos nuestro corazoncito.
Y seguro que Ángel, el padre del pequeño, vive este 19 de marzo con el terrible peso de la desazón por no poder colocar la colcha del pequeño, mientras Gabriel, ojalá, le proteje desde el Cielo con un abrazo muy bendito.