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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Sentido de Estado

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional15-01-2018

Alemania, como todos los países, tiene sus ventajas e inconvenientes, sus aciertos y sus errores. Sin embargo, hay dos aspectos que conviene destacar y que son incuestionables.

El primero es su fortaleza como Estado, como economía y como sociedad. Fue derrotada y, prácticamente, destruida en la Segunda Guerra Mundial, pero supo salir adelante haciendo una catarsis después de haberse convertido en la encarnación del mal y pasar a la historia por sus atrocidades. Además, en 1989 tuvo que hacer frente a los costes sociales y económicos de la reunificación alemana, en la que la parte del Este, tremendamente empobrecida por el comunismo, recuperó la libertad e inició un proceso de equiparación con el resto de Alemania.

El segundo aspecto destacable es el sentido de Estado de sus políticos más relevantes. En Alemania son pragmáticos y dan prioridad al interés común por encima de los hipotéticos réditos partidistas. Son capaces de superar las rencillas y discrepancias entre partidos de centroderecha y de izquierdas para llegar a acuerdos que garanticen la gobernabilidad del país y la estabilidad.

En las elecciones de octubre pasado, la democristiana Angela Merkel volvió a ganar, pero necesitaba apoyo para formar gobierno. Durante estos meses, ha intentado alcanzarlo con los liberales y con los verdes, ya que los socialdemócratas de Martin Schulz dijeron que no querían reeditar la llamada gran coalición.

Sin embargo, las conversaciones tripartitas no fructificaron y se abrieron negociaciones entre Merkel y Schulz, a pesar de que este último era reacio, que han culminado en un acuerdo marco de gobierno. Evidentemente, las dos formaciones han tenido que renunciar a algunas de sus propuestas electorales, pero, una vez más, ha vuelto a ser fundamental ese sentido de Estado.

Qué diferente a lo que ocurre en España, donde Partido Popular y PSOE son incapaces de gobernar conjuntamente porque se siguen viendo como enemigos y temen que sus bases los castiguen en futuras elecciones si llegan a acuerdos. Ambos prefieren hipotecar el futuro del Estado pactando con los nacionalistas y haciéndoles todo tipo de concesiones por lograr estabilidad en la legislatura, pero que realmente es un caballo de Troya.

Con el acuerdo entre Angela Merkel y Martin Schulz, la Unión Europea tiene un motivo menos de preocupación. La estabilidad alemana es fundamental para el impulso comunitario, ya que Alemania es el principal motor político y económico europeo. Merkel y Schulz son de sobra conocidos en Bruselas y, dada su experiencia, ofrecen garantías de que Alemania va a seguir funcionando y a contribuir de manera notable al desarrollo de la Unión Europea.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD