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SIN ESPINAS

Filosofía griega

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión04-07-2004

¿Saben en qué se parecen Zapatero y la selección griega? En que, al principio, nadie contaba con que pudieran ganar. La historia de los dos protagonistas de este fin es muy similar. ¿Quién hubiera apostado por Zapatero en el 35º Congreso del PSOE cuando se alzó con la Secretaría General? Ni el propio Zapatero pensaba en la victoria de las generales antes del 11-M. ¿Y en cuanto a Grecia? ¿Esto quiere decir que el fútbol y la política se parecen mucho o que la vida es simplemente así? Que hay que contar con todos. Grecia supo hacer su juego y Zapatero, también. El juego del talante sin demasiadas ideas, el fútbol sencillo y sin florituras. Los griegos tenían buena planta, como Zapatero. Eran resultones. Antes de los partidos siempre sabías su disposición táctica, pero al final se terminaban llevando el gato al agua en un lance inesperado del encuentro. Como Zapatero, quien ni si quiera se había planteado presentarse a la Secretaría General y a quien entre Guerra, Balbás y Blanco convencieron porque intuían que Bono no podía cruzar el Tajo. ¿Y qué me dicen de las elecciones a la Presidencia? El 10-M la pregunta era de cuánta diferencia iba a perder el PSOE para ver cuánto tardaría Zapatero en presentar su dimisión después del 14. Recuerde el lector que la filosofía griega tuvo dos vertientes principales, y descubrió una tercera cuando alcanzó la madurez. La primera fue la vertiente especulativa y a eso jugaron los griegos y Zapatero durante toda su primera fase. Esa fase les sirvió para tantear a los rivales y para conocer bien el ambiente en el que se movían. De esta vertiente surgió su ciencia y su filosofía, ambas muy unidas en esta primera época. La segunda fase fue la práctica. Les sirvió para entenderse a sí mismos, su lugar en este campeonato, sus relaciones con sus semejantes y la manera de abordar al rival. En esta fase surgió su ética en el terreno de juego y su manera de hacer política. Y al llegar a la madurez y, tras preguntarse cuán confiables eran las capacidades de que disponían y que la naturaleza les había dado, descubrieron las verdaderas posibilidades para empezar a avanzar con seguridad. Nace así la filosofía crítica que incluye la lógica y la teoría del conocimiento. La aplicaron y ganaron.

Fotografía de Javier de la Rosa