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ANÁLISIS DE LA SEMANA

La posibilidad de elegir

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad27-10-2002

Aunque no ocurra de forma demasiado explícita, sí que hay veces, muchas, en las que el hombre puede elegir. No es culpa de los norteamericanos que resulte fácil conseguir un arma, sembrar el terror por las calles y escapar de la policía más lista del país del mundo cuyo gobierno se cree el más listo del planeta. Puede elegirse entre comprar o no ese revólver, apuntar a ese niño o a ese árbol y, sobre todo, disparar o no. Matar o no. No es justo que la vida de uno sea una elección de otro. A elegir se aprende, aunque cada vez menos. Normalmente la teoría viene de un lado y la práctica está ahí, en la práctica, ese ámbito al que muy pocos se quieren arrimar depende en qué situaciones y si no se conocen ambas es harto difícil eso de elegir. Sobre todo en aquellas situaciones en las que es necesario un tanto de valor para ser más hombre y elegir serlo de forma honesta. Todo tiene su medida. Por eso están drogas y las sobredosis y la muerte, y están también las pequeñas cantidades de drogas, ésas que pueden ser una medicina eficaz, que salve. Creer, además de un don, también es una elección. La fe no se elige, se tiene, aunque se construye, se alimenta, como la confianza, como el amor. Decía un sabio de estos de los que hay todavía que descubrir en el anonimato que el amor puede perderse con un simple golpe, y que si se produce el golpe poco amor sano habría entonces antes de que tomase color el moratón en el ojo ajeno. Mientras se es hombre hay posibilidad de elegir, de enfrentarse a sí mismo, de tomar parte en la batalla de las dudas para crecer, para ser. Y mientras se elige, siempre hay una opción que resulta acertada: la de amar de verdad. Y muchas gracias por haber elegido leer este artículo hasta el final.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

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