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ROJO SOBRE GRIS

Amancio, y a mí ¿qué?

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
Opinión29-10-2012

No sé si él quería que se viese y que todos lo supiésemos. A mí me parece bien que la mano izquierda sepa lo que hace la derecha, y más en momentos de crisis. Lo cierto es que nos hicieron saber que la fundación Amancio Ortega donará 20 millones de euros a Cáritas durante el próximo año, y nos lanzamos a la noticia para aplaudir o lapidar a Amancio Ortega, sus negocios, a la Iglesia o a los 20 millones. Había cacho para todos. Es lo que pasa con los ricos y los famosos: Lo que hacen lo escuchamos todos, lo vemos todos y necesariamente lo juzgamos todos. Sus cosas valen algo más porque parece que valen más, son un tsunami de visibilidad que inunda todos los rincones de las conversaciones y ciertamente ése es un valor que las acciones anónimas no tienen. Nunca hay un uno igual a otro, y uno más uno es igual a dos sólo sobre el papel y en abstracto. Nada es exacto ni puramente perfecto. En este mundo, el oro siempre llega cubierto de barro. A todas las buenas obras y a todas las buenas personas podemos rascarles imperfección, incoherencias, insensateces y caca. Así somos: hechos para el cielo pero expulsados del paraíso. Los premios, las acciones y los castigos ejemplarizantes poseen una fuerza que necesariamente ha de ser interpretada desde la propia vida con honestidad para poder aprovechar el torrente de solución que nos proponen. Sólo si estamos dispuestos a no quedarnos en el barro podemos llegar a encontrar el brillo del tesoro. Ésa es la fuerza lo invisible que sucede en el pequeño pero decisivo mundo que es el corazón del hombre: es ahí donde cambia el mundo porque sólo ahí se transforma la vida. Nada importa ni sirve si no pasa por ahí. Y aunque las consecuencias no sean un torrente de visibilidad inmediata, esas personas con el corazón transformado es a las que queremos tener a nuestro lado en la vida. Nosotros somos su visibilidad y su recompensa, y hay que decírselo: hay que decirles "gracias, eres vida mía". Rojo sobre gris a Amancio Ortega: porque esta semana me he preguntado en el corazón, con él y gracias a él: y a mí ¿qué?

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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