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CREAR EN UNO MISMO

¿Cuál es tu historia?

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión08-05-2012

La consultora The Grove lleva más de treinta años asesorando a las empresas sobre el modo de planificar su futuro. Una de las herramientas básicas que utilizan es el llamado modelo de la cimentación que consiste en trabajar con el pasado. ¿Cuáles fueron los logros más importantes? ¿Qué objetivos os planteasteis? ¿Qué obstáculos superasteis? ¿Qué personas fueron importantes? Son algunas de las preguntas del modelo, que se responden no sólo verbalmente, sino también con dibujos. La metáfora viene a decirnos que el tipo de futuro que podemos construir dependerá de los cimientos que construimos en el pasado. El pasado no es sólo pasado, sino la estabilidad y el dinamismo que sostienen e impulsan nuestra acción presente y futura. Revisar el pasado no impide planificar un futuro ambicioso o rupturista; pero nos hará más conscientes de nuestros recursos, fortalezas, debilidades e ideales, nos permitirá detectar lastres presentes que podemos s oltar y carencias que debemos rellenar para garantizar la solidez de nuestros proyectos. El modelo de la cimentación también nos permite revisar cómo nos contamos nuestra propia historia. “Quien controla el presente, controla el pasado; quien controla el pasado, controla el futuro”. Es uno de los lemas del Partido en 1984, de George Orwell. De esa forma denuncia el escritor británico el proceso de manipulación histórica propio de las ideologías y los regímenes totalitarios; un proceso necesario para alinear los sentimientos y las decisiones de las masas con los intereses del partido. Los ideólogos saben muy bien de qué forma el pasado de una persona (y de un pueblo) condiciona el modo en que se entiende a sí mismo (identidad) y, por lo tanto, el modo en el que se proyecta hacia el futuro (vocación), discriminando entre filias y fobias, alegrías y penas, logros y fracasos, aliados y enemigos, etc. El modo en el que recordamos y nos contamos nuestra historia, por lo tanto, influye en el modo en que valoramos nuestra existencia y condiciona nuestras expectativas presentes y sobre el futuro. Por ejemplo, la lectura: “Algunos vivieron por encima de sus posibilidades y lo vamos a estar pagando durante los próximos 10 años” no nos va a llevar a ningún lugar interesante. Si, con esa lectura, “salimos” de la crisis, en realidad deberemos reconocer que no “salimos”, sino que nos “sacaron”, igual que, en su día, “nos metieron”, pues nos consideramos a nosotros mismos “marionetas del destino”. ¿Es así como nos contamos nuestra historia? ¿Qué margen de gobierno sobre nosotros mismos nos dejamos con esa lectura de nuestra propia existencia? ¿Has probado a escribir tu propia historia en un papel y a leerla 24 horas (o 30 días) después? ¿Qué dice de sí la-persona-de-ayer a la-persona-de-hoy? ¿Tienes algo que responderle? Cosas de la escritura, la memoria y el tiempo. Nos permite hablar con nosotros mismos, reprocharnos, reconocernos, disentir, convenir, cantarnos las cuarenta y aprender a explicar nuestro ayer y hoy de una forma mucho más creativa para enfrentarnos al presente y al futuro.

Fotografía de Álvaro Abellán

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Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach