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AUTOMOCIÓN

Situación ‘in extremis’ de General Motors

Por J. F. Lamata MolinaTiempo de lectura2 min
Economía31-05-2009

Creada en 1908, General Motors es la compañía de automóviles más grande del mundo, tras Toyota, y se ha convertido en el centro de la polémica desde que se ha repetido en distintos medios el rumor de una quiebra histórica. El propio consejero delegado de la compañía, Fritz Henderson, reiteró en una reciente entrevista que la quiebra de la empresa es “probable” (aunque en esa misma declaración aclaró que no mejorará la oferta a los tenedores de sus bonos para la reestructuración de la deuda).

General Motors examina actualmente cada país en el que tiene implantación para evaluar en qué zonas se va a declarar en quiebra y en cuáles no. Es decir, que podría darse la circunstancia de una bancarrota global o, en cambio, que se declarara la quiebra tan sólo en Estados Unidos o América del Norte, y mantener fuera de ella a todas las demás filiales en el resto del mundo. Las pérdidas anuales de 38.700 millones de dólares en 2007 (28.000 millones de euros) se convirtieron en las mayores de la industria automovilística. Los últimos datos de General Motors de estas semanas no podían ser peores: ha perdido otros 6.000 millones de dólares en el primer trimestre del año y su caja de dinero en efectivo se ha reducido en 10.200 millones. En las últimas semanas en GM han sido despedidos unos 21.000 empleos y se han clausurado 13 fábricas. Y hay que recordar el antecedente de Chrysler que, pese a ser uno de los pilares norteamericanos, se quedó en quiebra. Estados Unidos sujeta a GM Si la quiebra de General Motors parece que va a llegar a todas luces, cabe preguntarse porque aún no se ha producido, ¿qué mantiene a flote GM? Pues básicamente se mantiene gracias a los 15.400 millones de dólares que le ha inyectado el Departamento del Tesoro hasta ahora. La compañía también ha recibido algunas muestras de interés por la sueca Saab, según el jefe de GM, que también quiere vender su línea Saturn y que en 2010 dejará de usar su marca Pontiac. Henderson no quiere hacer comentarios sobre la posible venta a Fiat de su marca Opel ni de sus operaciones en América Latina. El acuerdo alemán con Magna General Motors y Magna han llegado a un acuerdo para que el fabricante de componentes austriaco-canadiense entre mayoritariamente en el capital de la subsidiaria Opel (la sucursal), decisión que se produce poco después de que Fiat se retirara por “exigencias financieras no razonables”. Según han publicado los diversos medios de comunicación, la operación, que más bien parece un salvamento, contó con la propia intervención del ministro de Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, que telefoneó al mandamás de Magna, Frank Stronach. Pero el trato no significa una garantía para el futuro de la marca alemana, dado que Estados Unidos se opone al modelo de creación de una administración fiduciaria (el llamado modelo alemán) que defiende Angela Merkel. Analizando la situación de Chrysler, de Opel, de General Motors en Europa, se pueden sacar dos conclusiones. Una, la crisis está haciendo que el mundo automovilístico se está cayendo en pedazos. Dos, Fiat parece dispuesto a recogerlos todos.

Fotografía de J. F. Lamata Molina