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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Sin título 1

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
España28-01-2002

Escribía un articulista que la misión del político era batallar hasta la muerte, como Manuel Fraga, que lo de Aznar es algo así como cobardía y que los políticos de raza están en extinción. no es difícil estar de acuerdo con esta última afirmación, pero que la permanencia en la arena política "hasta que la muerte nos separe" es sinónimo de sangre política es, como mínimo, una generalización basada en un criterio equivocado. La batalla política puede librarse con distintos medios. No cabe duda de que luchar por servir a la sociedad para que ésta mejore, progrese, para que sus miembros sean más cultos, maduros, generosos, pacíficos,...es misión del político. Las maneras de materializar esa vocación de servicio son diversas. José María Aznar, si la decisión de no presentarse a las próximas elecciones generales como candidato del Partido Popular la ha tomado con honestidad personal y sinceridad consigo mismo porque considera que dejar el camino a otros es la mejor forma de servir a su país y a los ciudadanos, ha tomado la mejor decisión posible. Fraga puede ser un dinosaurio de la política. Pero la permanencia exagerada en el poder genera lealtades y corrupciones letales para quienes lo ostentan. La historia reciente de España ha demostrado que un partido político ha quedado aniquilado porque alguien quiso permanecer demasiado tiempo en el poder, porque estaba dispuesto a que el partido se consumiera antes que poner el timón en manos de las juventudes que le seguían. Un ejemplo contrario contrarresta y neutraliza, cara al exterior también, la imagen de pequeño reino caciquil y medieval que España tenía más allá de los Pirineos. Es verdad que esta España capitalista se aleja más y más de cualquier visión humanista del mundo y de la misión del hombre en este mundo. Es verdad que parte de la responsabilidad la tiene el ala más ultraliberal del Partido Popular. Si uno sube a un autobús de Madrid con un euro se baja sin que le den las vueltas porque un Real Decreto exige llevar el precio exacto. Ni para una emergencia llevan cambio los conductores de autobuses. España comienza a tener el sabor del metal. También la cultura dle pelotazo tiene parte de culpa. Unos crearon la necesidad predicando con el ejemplo lo contrario de lo que decían, y otros vinieron a predicar con palabras y con políticas económicas lo que los anteriores hacían a escondidas. Es una verdadera pena que, en la concienca colectiva, ser europeos y estar a la altura de los tiempos sean dos ideas asociadas a vivir rápido, renunciar a la familia por el trabajo, al ocio por el trabajo, y a la misión de España en Europa por el llamado "Patriotismo Constitucional". Debe ser una buena idea cuando el Partido Socialista también hablará de él en un próximo Congreso, y reivindica que no puede capitalizarlo un sólo partido.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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