ANÁLISIS DE ECONOMÍA

Fuerza individual y colectiva

Por Gema Diego2 min

Economía25-02-2007

Muchas veces se culpa a la tecnología de falta de humanidad. Sin embargo, si ésta carece de sentimientos no es por su culpa, sino por la de quienes la manejamos. Si la utilizamos de la manera adecuada, su poder se torna muy grande, pero también, sobre todo, muy humano. Éste es el caso de la huelga de móviles convocada para el próximo 1 de marzo: nació a partir de un foro de Internet y se basará en aplicar un castigo voluntarioso a aquellos que quieren gravar las comunicaciones a precio de objeto de lujo. Se trata de aguantar 24 horas sin pulsar los botones del celular, sin introducir monedas en el cerdito de las compañías telefónicas. La idea resulta pueril a primera vista, pero requiere dos actos de fuerza: uno individual, especialmente costoso para los adictos al aparato, y otro colectivo, de comunión del mayor número posible de usuarios por la misma causa. El reto está en generar un grito que sea escuchado por las autoridades que tengan competencia en la materia. La huelga de móviles no es la única llamada a la protesta general que requiere la atención de todos: en Puerto Real, los trabajadores de Delphi también se han movilizado para no quedarse sin su puesto de trabajo. Y no es fácil la lucha, ni tampoco la situación, que les espera. Conseguir construir la sociedad que deseamos es, pues, cuestión de fuerza positiva, encauzada, canalizada en equipo y alimentada desde cada conciencia particular. Ustedes deciden si les importa luchar porque su factura no sea un abuso, igual que a los empleados gaditanos les corresponde determinar el alcance del drama de quedarse en el paro. Mientras tanto, en La Semana.es también se nos presenta el reto de pelear por que estos 10 años de vida que celebramos en 2007 se conviertan en muchos más; y apostamos por que, paso a paso, lo que descubran con sus ojos a un golpe de click sea un cada vez mejor periodismo de servicio. En esta sección, será el fruto de la fuerza colectiva de los ocho que la componemos; y de la fuerza individual de cada enganche humano al lazo electrónico. Gracias, Javier, Paula, Elena, Mayra, Carmen, Beatriz y Laura, por vuestro empuje en cada número.

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