ANÁLISIS DE ESPAÑA
El ¬seny¬ la flema y otros estilos
Por Alejandro Requeijo4 min
España10-07-2005
Los teóricos del fútbol suelen coincidir al afirmar que la selección española nunca ha ganado nada porque carece de un estilo propio a la hora de jugar. Los brasileños tienen su fútbol samba, los italianos son los maestros del catenaccio (cerrojazo), a los argentinos les salva su picaresca y a los alemanes su dureza, en definitiva, sistemas más o menos vistosos, pero que siempre han sabido interpretar a la perfección y eso le has llevado en más de una ocasión a la gloria futbolística. Los españoles, en cambio, no sabemos a que jugamos y eso siempre nos ha pasado factura. Algo parecido le sucede al PP desde que Mariano Rajoy se hizo cargo del partido. Antes de su llegada, pocos se salían de la línea trazada por Aznar. Tan solo la guerra de Iraq, al final del mandato, hizo tambalear los cimientos de un partido que veía como los problemas de división interna eran cosa de otros. Pero llegó el 14-M y con él muchas cosas cambiaron en las filas populares. La línea oficial del partido, representada ahora en las figuras de Zaplana y Acebes, parece no ser del agrado de todos. Por su parte, la “oposición sin vísceras” que defiende Rajoy es pisoteada constantemente por su antecesor que aún mantiene muchos adeptos como para no tenerle en cuenta. Aspectos como estos, han derivado en una sobreabundancia de estilos que ha terminado por dejar al PP huérfano de una estrategia clara. Y eso en la política también se paga caro, sobre todo si, como es el caso, no estás acostumbrado. Rajoy, desde que tomó el mando, no sabe lo que es ganar unas elecciones y, cuando los resultados no llegan, aparecen las dudas que son la antesala de las críticas. Desde Cataluña, Piqué se ha atrevido a decir en alto lo que otros muchos piensan. Y no le falta razón. El discurso actual les aleja del centro cada vez más. El éxito de sus últimas convocatorias callejeras, por ejemplo, es tan sólo un espejismo que sirve para contentar a sus millones de incondicionales, pero no es suficiente para ganar unas elecciones. Pero la ausencia de estilo no es un problema si sabes vivir con ello. En el PSOE esa película se la saben de memoria y ya están acostumbrados. Ahora a Ibarra y compañía se les ha unido un viejo amigo en su lucha contra Maragall: Alfonso Guerra. El ex vicepresidente ha rescatado del olvido un estilo propio que los que antes criticaban ahora consideran sensato. Y es que el guerrismo, en su última versión como presidente de la Comisión Constitucional, ha cargado las iras contra la reforma estatutaria propuesta por el Parlamento de Cataluña. No es el único obstáculo que tendrá que sortear el Tripartito ya que, en esta ocasión, ni si quiera el seny catalán -ese estilo del que tanto presumen en la Cámara autonómica- ha conseguido el consenso. Consenso, por cierto, es lo que se pudo ver después de mucho tiempo en la elección de la sede olímpica de los juegos. Allí se dejaron apreciar diferentes estilos unidos bajo un misma causa. Gallardón junto a Esperanza Aguirre y ambos escoltando a Zapatero. También estaba Rajoy y ese heredero que demostró, una vez más, no conocer el significado de la palabra estilo en el momento de formular la pregunta sobre el atentado de ETA en la Peineta. Sin embargo, lo que podríamos denominar como el Pacto de Singapur tardó en romperse lo que tarda Nueva York en no darnos ni un voto y lo que tarda el fanatismo islámico en despertar viejas pesadillas. El pueblo londinense ha demostrado otro estilo de reaccionar ante un Gobierno que tarda más de la cuenta -y dejémoslo ahí- en darles toda la información. Aunque la situación no es del todo la misma, Rajoy ya se ha apresurado a elogiar la flema británica, concretamente la de la oposición. Se equivoca de nuevo. Fuera ya de si tiene razón o no, los hechos nos dicen que el 11-M es un partido que el PP tiene perdido desde hace tiempo. Por una cuestión tan simple como que los socialistas, al igual que las grandes selecciones de fútbol, lo saben jugar mejor.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio