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SIN ESPINAS

Yo tambien fui embrión

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión18-04-2005

La vida humana, don precioso de Dios, es sagrada e inviolable. Así reza uno de los dípticos que la conferencia episcopal española ha dejado desde hace unas fechas en las puertas de las parroquias de nuestra tierra. La campaña de la Iglesia a favor de la vida desde sus orígenes es un nuevo acierto de su director de Comunicación, monseñor Martínez Camino, muy criticado incluso por algunos fieles por una que otra actuación bisoña en el pasado. Sin embargo, con esta acción informativa bajo el eslogan “todos fuimos embriones”, la jerarquía eclesiástica da de lleno en el tipo de mensajes que ha de transmitir a los devotos de la fe. Demuestra, además, que no son necesarios ni los gritos ni los insultos ni las amenazas para defender una idea clara de la vida humana. Otra cosa hacen desde sus púlpitos mediáticos algunos de sus periodistas asalariados. Pero, sobre todo, hay que defenderse de los ataques contra la vida que proclaman sin ningún rubor los que le han cerrado la puerta a la Verdad, de la que para empezar niegan su existencia. La nueva campaña de la Iglesia tiene la gran virtud comunicativa de llenar de su verdadero contenido al concepto de embrión. Y lo hace mostrando que efectiva y realmente todos los seres humanos que leemos y escuchamos este mensaje un día fuimos embriones. Los embriones son personas, algo que una cultura de la muerte y la ignorancia han querido negarles vaciando de contenido su denominación, negándole sus derechos y evitando cualquier equiparación entre ambos conceptos que definen al ser humano. Decir embrión es decir persona en estado primigenio. Y es tan absurdo establecer alguna diferencia esencial en el ser humano en razón del estadio que atraviesa, como decir que un joven es más persona que un bebé, o un adolescente que un anciano. Pero la agenda informativa de los medios dice hoy que lo más importante de lo que tenemos que hablar es de las elecciones vascas. Estoy de acuerdo con que es una cuestión relevante porque lo ocurrido allí es un reflejo indirecto y una consecuencia más de no tener claro que el valor de la vida humana esta por encima del de la libertad. Entre otras cosas porque para qué quiere uno libertad si no tiene vida. Esto no lo parecen tener claro ni ETA ni Batasuna ni el PCTV ni EA ni Madrazo ni algunos miembros del gobierno socialista y, por defecto, tampoco los electores de todos ellos. Por eso, los etarras tendrán nueve personas en el Parlamento Vasco para seguir “legitimando” el uso de la violencia asesina que siega vidas como medio para conseguir lo que ellos consideran libertad.

Fotografía de Javier de la Rosa