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EL REDCUADRO

La mierda del corral de vecinos

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión17-04-2005

No sé dónde incluir la chorrada del día de la señora ministra. Que esta vez no ha corrido a cargo de Carmen Calvo, que tantos jornales ganados nos da a los articulistas. Ha sido María Antonia Trujillo quien nos ha firmado la peonada. Ha reinventado la casa de vecinos como solución habitacional: treinta metros cuadrados de sala y alcoba, con cocina, retretes y lavaderos en el común del patio. Como es Feria de Sevilla, quizá sea un homenaje a la copla de El Pali: «En el Corral del Conde hubo pelea...» Solución corralera de una ministra, corralera como todas las ministras de este Gobierno corralero que no se levanta de su poltrona así pase un Papa muerto o una bandera con un firmamento de libertades. Y no sé dónde incluir la reinvención ministerial del corral. Si en las jornadas «Historia de la mierda: Cultura y Transgresión» que celebra la Universidad de Huelva, o si en la moda de la Memoria Histórica. En la Escatología Científica onubense encajaría perfectamente la mierda de apartamentos para jóvenes y jóvenas que propone la ministra. Igual que hay televisión basura, contratos basura y una mierda de oposición, y los separatistas y tripartitos varios se ciscan a cada momento en España y encima toman la Constitución como si fuera el papel del elefante o el del perrito simpático, la señora Trujillo ha reinventado la vivienda basura. Me inclino por la Memoria Histórica, cruzada con Alianza de Civilizaciones. María Antonia Trujillo ha cogido la espiocha y se ha puesto a excavar las fosas de la memoria de España, según moda. Como suele ocurrir, la ministra ha exhumado un cadáver que creíamos olvidado por la concordia, el bienestar económico, la paz, la piedad, el perdón. Ha sacado la injusticia de las desigualdades sociales que en parte nos llevaron a la guerra civil. La ministra ha reinventado lo que creíamos superado: el corral de vecinos, la casa de vecindad. El hacinamiento, La insalubridad y miseria que producían hijos tuberculosos que morían en un jergón de foñico y padres anarquistas que quemaban conventos y les daban el paseo a los señoritos. La ministra ha reinventado las indignas estabulaciones urbanas de la mano de obra campesina que abandonó los pueblos para hacerse proletariado industrial. Lo sé porque a un corral de Sevilla se vino a vivir mi abuelo Antonio Burgos Sánchez, bracero del Viso del Alcor, cuando dejó las hambres del pueblo para buscar el jornal de la capital como cochero, camarero y crupier. Infraviviendas inhumanas e indignas han subsistido en Sevilla hasta ayer como quien dice. Acabaron con los corrales un gobernador civil, Utrera Molina, y una riada, la del Tamarguillo. Una población de cien mil personas, en una ciudad de medio millón de habitantes, fue trasvasada desde la injusticia del corral a la dignidad del piso sindical: conviene también abrir esta fosa de la memoria histórica. Los que dieron seguro y hospital a los trabajadores también les hicieron pisos. El paradigma puede ser Rafael Gordillo, el jugador mítico del Betis. Los padres de Gordillo vinieron a Sevilla como inmigrantes, desde el pueblo. No encontraron otra vivienda que el hacinamiento de un corral de vecinos. Que se anegó con la riada del Tamarguillo en 1961, y entró en ruina. Fueron desalojados y llevados al refugio de la Cochera de los Tranvías, naves con cobertores colgados de alambres como paredes. Luego les dieron un piso sindical en el Polígono de San Pablo. La ministra quiere poner a los jóvenes a la altura de Rafael Gordillo en el corral, esperando que, tras no se sabe qué riada, les puedan dar un piso oficial. Seguramente será cuestión de la Alianza de Civilizaciones. Quiere la ministra que vuelva el corral sevillano, el patiovecinos gaditano, el portón canario. Que es la vecindad mejicana, el callejón limeño, el conventillo bonaerense, el habanero solar. Lo de siempre: la alianza con las civilizaciones de la dictadura y la miseria.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor