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JUAN PABLO II

Un incansable defensor del diálogo interreligioso

Fotografía

Por Alfredo L. ZamoraTiempo de lectura2 min
Sociedad03-04-2005

Karol Wojtyla ha consolidado su pontificado como uno de los más relevantes de toda la Historia. Manteniendo un rumbo conservador, se comprometió con la caída del comunismo en Europa oriental y rechazó cualquier forma de guerra y destrucción. Han sido 26 años de promoción de la paz y el diálogo entre las religiones del mundo, y de búsqueda de un objetivo común por el que luchar.

Visitó Tierra Santa y rezó en el Muro de los Lamentos de Jerusalén, donde pidió perdón por los pecados católicos cometidos años atrás contra los judíos. Ha mantenido frecuentes contactos con el mundo del Islam, del Budismo y del Hinduismo. Se ha convertido en el primer Papa que predicó en una iglesia protestante y en una sinagoga, y el primero que pisó una mezquita. "La legítima diversidad no se opone de ningún modo a la unidad de la Iglesia, sino que, por el contrario, aumenta su honor y contribuye al cumplimiento de su misión", afirmó Juan Pablo II. Además, en una de sus obras defendió la idea de la existencia de semillas del verbo, elementos "presentes en todas las religiones", y que la Iglesia debía procurar encontrar "para trazar, sobre el fondo de las necesidades del mundo contemporáneo, una camino común". "Es necesario que el género humano alcance la unidad mediante la pluralidad, que aprenda a reunirse en la única Iglesia, con ese pluralismo en las formas de pensar y de actuar, de cultura y de civilizaciones". Apostó por la diversidad y rechazó el uniformismo, a través del cual se asfixia la vida. Se mantuvo firme contra el aborto, el sexo prematrimonial, la ruptura de los valores familiares y la homosexualidad. Defendió así los principios católicos más conservadores apostando por la obediencia de la jerarquía católica. Se comprometió con los oprimidos y necesitados del mundo, y apostó por un "nuevo orden económico mundial" para garantizar así los derechos de los trabajadores. No dudó en situarse contrario a todo tipo de lucha y destrucción, defendiendo infatigablemente la paz en todo el planeta. Llegó a afirmar que el mundo se encuentra encaminado hacia su propia destrucción, por lo que los individuos deberían rechazar toda forma de distorsión de la paz. Esta postura se puso de manifiesto en el rechazo rotundo de la guerra de Iraq. Juan Pablo II ha sido un Papa que se comprometió con los más necesitados, apostó por la paz, por el diálogo entre las distintas religiones del mundo, que luchó por la unidad de los cristianos, que siguió una senda conservadora y que cautivó el corazón de la sociedad independientemente de sus creencias e ideologías. Han sido más de 26 años imborrables en la historia de la Iglesia y de la Humanidad.

Fotografía de Alfredo L. Zamora