ANÁLISIS DE LA SEMANA
Padre nuestro
Por Almudena Hernández1 min
Sociedad27-03-2005
Sí, te llamamos a Tí, que estás en los cielos y que también estás en la Tierra, aunque no te veamos, aunque no queramos verte. Te sorprenderá esta misiva, pues siempre vivimos a nuestra bola, sin contar contigo, Padre. Santificado sea tu nombre, aunque no figures en las listas de superventas ni de favoritos. Que tu nombre sea santificado aunque tu cruz no sea atractiva, no tenga un cuerpo diez ni garantice una vida fácil, sin sufrimiento. Y que venga a nosotros tu reino, ese que has fundado en el amor. Hágase tu voluntad. Danos hoy el pan y el agua de cada día, para alimentar los cuerpos y las almas, que falta hace. Nos haces falta, Padre. Necesitamos muchas cosas, cade vez más. También nos hace falta que llueva, que llueva mucho y para bien. A este paso, Padre, vamos a tener que coger una escalera para subir a las nubes para recoger gotas de lluvia con un cubito... Perdona nuestras ofensas, que tampoco son pocas. Perdónanos mucho. No dejes de perdonarnos porque andamos despistados, pues no encontramos el sentido a la vida, y porque jugamos a ser dioses. En realidad, perdónanos más bien porque queremos ser dioses. La vanidad aspira a mucho. Y líbranos del mal.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo