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EUTANASIA

Terry Schiavo: crónica de una muerte anunciada

Por Mar GarcíaTiempo de lectura3 min
Sociedad26-03-2005

Tenía 26 años cuando decidió seguir una estricta dieta que consistía únicamente en tomar diez vasos de té helado al día. Un infarto acompañado de una fuerte bajada de potasio, produjeron una inoxigenación del cerebro durante cinco minutos que causaron un daño permanente y a juicio de muchos especialistas, irreversible.

Esto ocurría en febrero del año 1990. Hasta hoy la vida de Terry, sumida en el coma, ha estado ligada a diversas decisiones judiciales y envuelta en el enfrentamiento que mantienen sus padres y su marido. Ha sido desconectada de las sondas de alimentación artificial dos veces y conectada de nuevo con la aprobación de una ley firmada de madrugada y con el apoyo del propio George W. Bush. Tras ocho años sumida en el coma, su representante legal y entonces marido, Michael Schiavo, pedía mediante una autorización judicial, poder retirar las sondas que mantenían con vida a Terry: "Mi mujer me dijo que no hubiese querido que se le permitiera vivir en ese estado y voy a cumplir su deseo". El problema empezaba entonces con la oposición de los padres de Schiavo, Bob y Mary Schindler, que afirmaban que debía seguir con vida, debido a las creencias religiosas de su hija. En febrero del año 2000, un juez de Florida, George W.Greer, aprobaba la suspensión de cuidados para Terry, sentencia que se materializaba el 24 de abril. Este fue sólo el principio. Dos días después de la suspensión de cuidados, el caso pasaba a manos del juez Frank Quesada que obligaba a conectar a Terry de nuevo, tras la apelación de los padres. Se escucharon entonces las causas a favor y en contra de la desconexión de Terry. Tres médicos -dos elegidos por Michael Schiavo y uno por el jurado- certificaron que el estado de Terry era vegetativo e irreversible. El criterio de los médicos elegidos por los padres afirmaba que, sin embargo, podría llegar a recuperarse con el paso del tiempo. Finalmente el fallo era favorable a Michael Schiavo y se fijaba una nueva fecha para la desconexión de Terry en enero de 2003. Una vez desconectada, empezaba en Florida una carrera contra el tiempo para frenar la sentencia. Se permitió a un tribunal federal revisar un caso de competencia local. El gobernador de Florida y hermano del presidente de los Estados Unidos, Jeb Bush, aprobaba, con 23 votos a favor y 15 en contra, la llamada Ley de Terry que obligaba a conectar de nuevo a la paciente. George Felos, abogado de Michael Schiavo, recurría esta nueva ley -firmada por George W. Bush en su rancho de Texas de madrugada- afirmando que bajo la legislación de Florida, Terry tenía derecho a no ser mantenida con vida de forma artificial y por eso la nueva ley podía considerarse inconstitucional. La Corte Suprema de Florida y posteriormente -tras la apelación de Jeb Bush y su petición de adquirir la custodia legal de la paciente- la Corte Suprema de los Estados Unidos le dieron la razón. Se fijaba una nueva fecha para la desconexión definitiva: el 18 de marzo de 2005. Ese mismo día dos comités -el de Salud del Senado y el de Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes- dieron un vuelco al caso pidiendo la comparecencia de Terry y su ya ex marido. Desde entonces, una nueva ley Ley para aliviar a los padres de Theresa Marie Schiavo y el traspaso de competencias al juez Wittemore han intentado frenar la muerte de Terry. Finalmente, el pasado 24 de marzo se ha puesto fin a los recursos presentados por los Schindler y los médicos han asegurado que morirá de inanición en los próximos días.

Fotografía de Mar García