Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE LA SEMANA

De adorno

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía19-12-2004

El veto del Senado a los Presupuestos Generales del Estado para 2005 ha hecho mucho ruido, pero en realidad no va a dar más de sí que una traca de fuegos de artificio: brillan mucho, fascinan al público, pero luego no queda más que humo, y después ya no permanece ni la sombra. ¿Hecho histórico? Sí. ¿Alarde de poder? También, por qué no. ¿Soberana estupidez? Evidentemente. Los Presupuestos socialistas no satisfacen a las comunidades autónomas, y eso que el vicepresidente económico, Pedro Solbes, no ha escatimado en regalar déficit –a unos cuantos, eso sí-. Pero, cual glotones tragaldabas, los partidos nacionalistas han mostrado una tremenda avidez por acaparar más y más inversiones. Circunstancia aprovechada por el PP para dar un golpe de efecto. Y si esto se suma, da como resultado un veto inservible que devuelve las cuentas del Estado al Congreso, donde el PSOE tiene la mayoría suficiente para aprobarlas sin problema. Lo malo de esto es que ahora la cámara baja no puede modificar el documento, así que los nacionalistas van a tener los Presupuestos tal como han llegado al Senado, quieran o no. El parlamento regional ha cometido, pues, una tontería que demuestra el escaso o casi nulo poder de que dispone: ha desperdiciado la posibilidad de introducir enmiendas que habrían mejorado las cuentas del Estado para adecuarlas más a sus intereses y, además, va a quedar con el trasero al aire cuando el Congreso le pasee por delante los Presupuestos aprobados y le haga ver que, para muchos temas, está casi de adorno. En el fondo, los que salen perdiendo son los de siempre. Porque a los nacionalistas les da igual un poco más o menos en el papel, ya que saben que tienen el control de una pesada hipoteca que pesa sobre Zapatero. No, los partidos nacionalistas no pierden, y el PP, con sus últimas ansias destructivas, tampoco. Las perjudicadas serán las comunidades autónomas en las que el nacionalismo no tiene fuerza, que han perdido la posibilidad de incluir sus propuestas presentadas en el Senado para enriquecer los Presupuestos, de forma que éstos pudieran satisfacer razonablemente las aspiraciones de las regiones españolas. Ahora, estarán a expensas de lo decidido en el Congreso, que carecerá del toque humano que le hubiera proporcionado el Senado.

Fotografía de Gema Diego