Mueve montañas, traspasa fronteras, no entiende de ideologías ni de política... Así es el deporte. Razón de ser por la cual numerosos sectores desean vincularse a él y unir sinergias. Juntos ganan más. De ahí que se haya convertido en un mercado con un potencial enorme para empresas, marcas, sponsors… A través de él pueden difundir mejor las bondades de su marca, reforzar su imagen, sus valores, su RSC, dar a conocer sus productos, etc. Y no importa si ambos sectores son totalmente antagónicos. El trabajo en equipo funciona.
A nosotros, aficionados y profesionales, el deporte nos llega a lo más profundo de nuestro ser, a las emociones. Una vez se cuela en nuestra parte más emocional, nos da razones más que suficientes para pasar toda una tarde esperando a la llegada del equipo para celebrar en milésimas de segundo la 12º Copa de Europa; trasnochar y enfrentarte al día siguiente al jefe; o cambiar planes y eventos por estar en la final de cualquier campeonato. Así es el deporte. Saca nuestra parte humana, irracional y nos deriva al mundo de los deseos y las satisfacciones.
Es por ello por lo que quizás el único sector que hasta ahora parecía quedar empatado a puntos con él en materia de excitación, emoción e irracionalidad, necesita hacer equipo con él: el porno. Todo ello en un momento social, cultural e histórico en el que nada nos tendría que alarmar. El matrimonio ya no dura para toda la vida, ser “youtuber” es la profesión más demandada del futuro y… los portales porno pueden patrocinar equipos de fútbol. ¿Por qué no? ¿Por qué no puede beneficiarse igualmente de sus victorias? Así es el deporte.
En materia de Marketing, sin duda, es una estrategia de lo más efectiva. Ya no sólo por el reporte económico que conseguirán tras su patrocinio principal en la camiseta de los Washington Square FC, sino por la mediaticidad conseguida nada más anunciar su patrocinio. Nada más sacarlo a la luz, ya es tendencia en las redes sociales. Ya está en el “boca a boca”, ya genera impacto, ya está en la mente de los consumidores. El marcador, por lo tanto, sube en su beneficio. Sin embargo, ¿hasta qué punto juega a favor de los Washington Square?
La llegada del famoso portal de porno al mundo del deporte obliga hacer un descanso y pararse a pensar de cara a la segunda parte. ¿Es realmente efectivo el sistema de juego elegido? ¿Tanto como para ligarse a un sector controvertido socialmente? Si pensamos única y exclusivamente en el target y en los aficionados, ¿el resultado seguiría siendo de 1-0? ¿No se correrían riesgos de remontada? Lo cierto es que de momento están consiguiendo éxito mediático, ya sea positivo o negativo, y eso es bueno. Claro que a largo plazo… Si fuera profesional, ya veríamos.
M. Elena Martínez Quesada
Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual
Especializada en Periodismo Deportivo (IESPORT)
Máster en Marketing Deportivo y Máster en Gabinetes de Comunicación (UCM)