Carguen, apunten y... Tiro al blanco. Para resquebrajarlo por completo, para dejarlo KO. Así cuenta sus días el Real Madrid tras su caída en la Copa del Rey. Intentando resguardarse de la tormenta, haciendo frente a un temporal que muchos ya han catalogado como fenómeno natural por estas fechas: la maldición del Mundial de Clubes. Una situación que puede declararse catastrófica ya no sólo en el marco deportivo, sino en el terreno del marketing. Porque si al fuerte temporal se le suman aguas torrenciales de críticas, noticias y difamación, ¿cómo gestionar todo lo que se les viene encima y volver a la normalidad sin desperfectos?
Dicen que no hay gran éxito que no preceda a una estrepitosa caída, pero hay que saber levantarse bien. Porque las heridas, cuando son varios los metros, son difíciles de tapar. Aquí hay que saber recomponerse. Hay que saber pulir una gran imagen, como es el caso del gran Real Madrid, sin que queden defectos como el “Ecce Homo” de Zaragoza. Todo ello haciendo frente a las fuertes tormentas e intensos aluviones de noticias que no hacen más que prolongar el fuerte temporal en la entidad blanca: “Morata, harto”; “Cristiano, acabado, al que instan para que deje el Madrid” y “nuevos traidores en el vestuario”. Suposiciones, bulos-realidad=noticias, que hacen mucho daño al rendimiento y, sobre todo, a la imagen externa e interna del club.
¿Cómo salir, entonces, de la zona catastrófica sin contar más pérdidas? ¿Cómo intentar frenar el temporal y taponarlo? Porque está claro que una crisis así es de lo más apetitosa y necesaria en el mundo del Marketing. Bienvenidas sean. Hacen seguir progresando, creando nuevas necesidades y fomentando más deseos. Si no, recuerden el vínculo que se crea en las remontadas, el esplendor del sentimiento de estar más unidos que nunca y apoyar al equipo, acudiendo a los partidos, comprando merchandising, viéndolo en televisión… Consumiéndolo de alguna forma. Pero, cuidado, porque a nivel interno se esconde un gran hándicap que, externo pero ligado al Marketing, es fundamental: la gestión del equipo.
Zidane tiene ahora la verdadera prueba de su carrera. Si ya era conocido como el apaciguador de vestuarios y de egos, es ahora cuando tiene que ser él quien tire y, por supuesto, dar en el blanco. Todo, éxito deportivo y éxito de imagen, se encomienda a él. Tiene ahora la verdadera labor del líder y casi la obligación de acabar con el duro invierno, para sembrar y cultivar como pueda, y que todo florezca bien en primavera. Para que un capítulo más en la historia blanca no acabe como las últimas, con el adiós de Mourinho, el de Rafa Benítez y la paciencia de un Bernabéu que cada vez con menos se crispa más. Todo pende ahora de una comunicación interna que, hermanada con el marketing, tendrán que tirar también al blanco para solventar.
M. Elena Martínez Quesada
Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual
Especializada en Periodismo Deportivo (IESPORT)
Máster en Marketing Deportivo y Máster en Gabinetes de Comunicación (UCM)
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