Me gustaría, antes de meterme en el tema, aclarar que para gustos están los colores y que cada uno pueda tener su punto de vista sobre lo bueno que es un videojuego. Es importante tener esto en cuenta, ya que cada persona tiene un criterio distinto y su opinión puede influir a los criterios de evaluación de otras personas. Dicho esto, es el momento de cargar este archivo.
En los últimos años, Internet se ha convertido en el lugar favorito de aquellos que quieren compartir sus opiniones con el resto del mundo. Esto es fantástico tanto para los usuarios, porque buscan la experiencia de otros antes de comprar un producto, como para las empresas, que reciben <i>feedback</i> directo de sus consumidores que les ayudan a mejorar sus artículos.
Centrándonos en el marco de los videojuegos esta relación entre empresas y usuarios tiene un doble filo. Las desarrolladoras deben lidiar con unos criterios cada vez más exigentes en un mercado en el que confluyen multitud de tendencias. Cada vez hay jugadores más veteranos con mucha experiencia que buscan algo nuevo, pero eso nuevo les decepciona porque ya lo han visto, mientras que los más nuevos entran en un mundo en el que la ficción se viste de realidad en lo que a gráficos se refiere, pero para la gran mayoría hay historias que no han explorado.
Por este motivo es muy difícil que un juego sea triple A o, para entendernos, que tenga una valoración de 9 para arriba. Atención, porque estamos hablando de valoraciones, de colocar un número o letra a un título que determine su éxito o fracaso. Pero ¿cómo se valora un videojuego?. La respuesta la tiene el refrán: “cada maestrillo tiene su librillo”. Al fin y al cabo es algo muy subjetivo, aunque intentar acotar los criterios a ciertos campos hace que el trabajo sea más sencillo y objetivo.
Os contaré qué criterios sigo yo para mis análisis. Para que un juego sea triple A necesita: una buena historia, una duración razonable, buen trabajo artístico, que aporte algo al mercado o a la serie (si hablamos de una saga) y que sea divertido. Muchas veces nos olvidamos del último punto que, aunque es muy subjetivo y delicado, puede garantizar el éxito del resto de puntos y del juego en sí. Personalmente, cuando sale una noticia de que un título tendrá una bajada en su resolución o velocidad de reproducción me importa menos que si la historia dura 4 horas.
Os pongo un ejemplo: Watch Dogs recibió un <i>downgrade</i> gráfico para que las consolas de nueva generación pudieran soportarlo y tiene fallos grandes con los reflejos (entre otros), pero su aportación a los sandbox con las posibilidades que te da ser un hacker en un mundo digitalizado, su historia y el original multijugador lo convierten en un gran juego.
Si queréis un buen criterio a la hora de elegir un juego, mi consejo es que optéis por el título que más atraiga, aunque la puntuación en las webs sean bajas. Buscad opiniones, mirad videos en YouTube (pero no os destripéis la historia con los let’s play si no lo habéis jugado antes) y probadlo antes si podéis. Así tendréis una idea más clara y os será más sencillo encontrar vuestro triple A.
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