Este libro puede que sea poco conocido, sin embargo, está hecho para hacer al lector viajar. Este libro no lleva a sitios físicos, sino que lleva a recuerdos, a sensaciones y vivencias íntimas entre la pequeñez de cada uno frente a la imponente realidad. Cada ser humano guarda para sí un secreto entre las cosas que le afectan y su manera de sentirlas, no por vergüenza, sino porque no hay palabras para expresar la manera de temer frente a la del otro. La sabiduría de quebrar huesos trata sobre eso: cómo el ser humano siente en carne propia los huesos quebrarse y después sanarse.
En una reunión con Pablo Matilla (Mieres, 1986) en Barcelona, el autor cuenta que escribió el libro en una época muy complicada de su vida y por eso algunos relatos son más oscuros que otros. Aunque el libro parece ser enteramente de ficción, Matilla cuenta que algunos relatos están basados en experiencias propias pero llevados a una exaltación de los sentidos para poder transmitir su mensaje. El autor admite que ponerse en la piel de alguien ajeno fue uno de los retos que se propuso al escribir el libro.
Matilla explica que el título tiene que ver con la sabiduría de sanar, porque cuando un hueso se quiebra, si es tratado correctamente, se vuelve a unir y crece. Para él así funciona cada aspecto del ser humano más que el físico solamente, por lo tanto, hay una sabiduría que se produce internamente cuando el ser humano es herido, ya que después sana y crece. Aunque queden cicatrices al igual que con las lesiones físicas.
La sabiduría de quebrar huesos es un poco difícil de comprender, porque varios relatos son muy ambiguos. Da la impresión de que son metáforas extendidas y a veces pueden fallar en transmitir el mensaje. Ese es el problema de sentir de maneras tan distintas entre seres humanos: es difícil de expresar. Matilla cuenta que cada historia está hecha para que el lector le dé el sentido que quiera, pero a él no le gusta dejar las cosas tan obvias dentro de su obra. Lo que el autor pretende es que al ir leyendo, el lector conecte ideas que le lleven a comprender el sentido del relato.
Este libro es diferente, es refrescante puesto que cuenta varias historias y cada una hace sentir algo distinto. En este libro hay romance, suspense, terror, tristeza y demás emociones. Eso sí, requiere de atención para poder ubicar los relatos en vivencias propias. El estilo de Matilla es muy único y por eso se disfruta. Si bien es cierto que no hay palabras para expresar las heridas propias, el autor logra llevar al lector a recordar qué se siente con su manera de contar cada relato. Pablo Matilla es licenciado en Filosofía por la Universidad de Barcelona, ciudad en la que vive.
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