Se positivo, vive como si fuera tu último día, aprovecha el tiempo... En la actualidad es común escuchar, al menos una vez al día, una de estas frases. La necesidad intrínseca de la sociedad por encontrar la felicidad a cada momento se convierte casi en un imperativo del que hay que conseguir la fórmula mágica. Pero, ¿cómo ser feliz? La ilustradora Sara Herranz busca en su nuevo libro, La persona incorrecta, entre lo que fue y lo que pudo ser para hallar la respuesta.
Cuando pasa el tiempo los recuerdos se vuelve difusos y empezamos a idealizar aquellos que más añoramos. Pensamos en todos los caminos, los 'y si', que podríamos haber tomado y que nunca vivimos. “Y si hubiera dicho eso en vez de aquello. Y si hubiera llegado cinco minutos antes. Y si no hubiera cogido ese avión. Y si le hubiera escrito antes de marcharme…”
Pero, ¿qué pasaría si años más tarde pudieras volver atrás y pudieras cambiar todos los “qué hubiera pasado si…”?
La persona incorrecta recrea ese momento, el de retorno. Una historia donde la protagonista vuelve donde creció y se encuentra con ciertos fantasmas del pasado en el que las fiestas y copas han dado paso a las responsabilidades y el trabajo, y en dónde todo sigue igual, pero nada lo es.
La nueva revelación ilustrada de Sara Herranz es un libro lleno de preguntas dirigidas al lector con un fin claro, hacer reflexionar sobre hechos comunes con los que cualquiera se puede sentir identificado.
Las imágenes de entornos de ciudades, vagones del metro, amor y sexo, se vuelven, conforme avanza la historia, más complejas y, en ocasiones, primariamente visuales. A la vez, también se da una sutil narración de función aclaradora, que se pone al servicio de las historias de amor de la actualidad con mensajes no respondidos y conversaciones leídas mil veces. Porque, como dice Sara Herranz, “en este siglo, el amor es un mensaje de <> que no tiene respuesta”.
Asimismo, cabe destacar la evolución natural del estilo narrativo, tanto en los personajes, ahora con mayor profundidad, como de la trama, más elaborada que la de su primer libro, Todo lo que nunca te dije, publicado en 2015. También, destaca la evolución del estilo artístico, reflejado con mayor número de sombras y volúmenes, en busca de un mayor realismo, pero con el trazo negro, los jerséis de rayas y las notas de color en rojo de inamovibles.
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