Carme Chaparro es una de las últimas periodistas en sumarse al mundo editorial y lo hace con una historia que pone los pelos de punta. No soy un monstruo es una historia contada a varias voces pero las principales, y las que dan sentido a la historia, son las de Inés y Ana, una periodista y una inspectora de policía que se ven envueltas, por sus trabajos en la desaparición de un niño.
Dos años antes del inicio de la historia, en el mismo lugar, había desaparecido un menor mientras disfrutaba de una tarde con su madre. Nada se había sabido, ni siquiera una mísera pista que pudiese hacer entrever lo que podía haber sucedido, tampoco ninguna cámara de seguridad había captado ni un reflejo. Ahora, cuando la historia ya estaba prácticamente olvidada por la sociedad, vuelve a repetirse el caso. Un niño muy similar, que paseaba por el mismo centro comercial con su madre y sin ninguna pista de la que tirar.
La desesperación hace mella en los personajes, que intentan rescatar la historia vivida dos años atrás pero quizá no sea lo correcto. El cambio de responsable en la comisaría complica más las cosas y las averiguaciones ponen en la cuerda floja a gente por la que las protagonistas serían capaces de poner la mano en el fuego.
Una novela sencilla pero llena de misterio en la que levantar la vista del papel puede costar un poco ya que el lector buscará respuestas. Una historia ideal para este verano y que hace esperar un nuevo trabajo literario de Carme Chaparro con muchas ganas.
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