Antonio J. Durán, escritor de divulgación científica, sigue tratando de hacer llegar la ciencia a todo aquel que esté interesado en ella con una nueva unión de algo que, a pesar de las apariencias, son total y necesariamente compatibles: ciencia y literatura. Además, gracias a que 2015 es un año con unas efemérides muy curiosas e importantes de ambos "mundos", es la fecha ideal para su nuevo libro, "El universo sobre nosotros", donde las teorías de Einstein se unen a la narrativa de Cervantes.
Las casualidades que suceden continuamente son muy curiosas, y es que son cosas que, de haberlas hecho a propósito, no hubiese salido así de bien. Es el caso de dos fechas muy importantes que cumplen una cifra redonda en 2015, unas efemérides culturales que fueron todo un hito histórico. La primera, el 400 aniversario de la publicación de la segunda parte de El Quijote. La segunda, con tres siglos de diferencia, es que hace un siglo que Einstein publicó su primera teoría sobre la teoría de la relatividad general. Ambas corrientes, la literaria y la científica, las letras y la ciencia, se unen en “El universo sobre nosotros”, un libro de divulgación científica con una narración muy potente, emocional y trascendente.
En "El universo sobre nosotros", escrito por el célebre Antonio J. Durán, las ramas del saber, otrora separadas, vuelven a aunarse para crear esta obra en la que se habla sobre las teorías de Einstein. Cualquiera puede leer el libro y entenderlo, pues aquí se demuestra, como el propio científico declaraba, que la ciencia y las humanidades son las dos caras de una misma moneda, que juntas forman una misma realidad, el mundo que rodea al ser humano. La meta que persigue Durán, el mensaje que quiere transmitir, es eso mismo, que la realidad es más completa cuando, la tradición que Cervantes refleja en sus escritos y la modernidad del progreso del que Einstein hace gala, se unen en una misma obra.
De nuevo queda demostrado que, a pesar de lo que se piensa hoy en día, ciencia y literatura no son ámbitos opuestos, sino complementarios y que uno no solo no puede existir sin el otro: es más fácil entender los números sabiendo cosas de literatura y más fácil expresarse si se poseen ciertos conocimientos sobre los números, pues, como el propio Durán afirma, "lenguajes hay muchos, algunos muy diferentes entre ellos, al igual que su forma de escritura. Pero los números son únicos, iguales en el mundo entero y en todas las épocas".
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