LA CHICA DEL TREN (Laura Hawkins, Suspense)

Alta tensión

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La chica del tren

Autor: Laura Hawkins

Editorial: Planeta

Género: Suspense

Páginas: 496 páginas

Precio: 19,50€

Los trayectos matinales en tren suelen considerarse trámites mortalmente aburridos, tiempos muertos que las personas aprovechen para leer un buen libro, observar el paisaje o incluso echar una cabezadita. Rachel escoge siempre la segunda opción, le gusta pasar el rato observando esos lugares comunes en los que siempre se detiene el transporte antes de llegar a su destino. Un día la chica repara en una pareja que desayuna tranquilamente en su terraza, siente que les conoce y le gusta aventurarse a pensar cómo serán sus vidas aparentemente perfectas que complementan de algún modo, su desastre de existencia. Incluso se inventa una identidad para ellos. Les llama Jess y Jason. Y de repente… Solo por algunos segundos… es testigo de algo que la hace dudar de la tranquilidad vital de estas personas. Desde entonces, nada vuelve a ser igual…

La chica del tren es una de las mejores novelas negras que se han publicado recientemente. Ya consagrada como número uno de ventas en Estados Unidos y Gran Bretaña, se permite poner los pelos de punta a los millones de lectores ávidos de curiosidad que han tenido la suerte de comprar un ejemplar. Este libro supone el debut en la temática de asesinatos e intrigas para la autora Paula Hawkins, que, aun siendo primeriza en la materia, demuestra desenvolverse como pez en el agua.

Las mejores bazas con las que aprende a jugar la literata son el ritmo narrativo, que se halla en su justa medida para generar esa comodidad y enganche tan imprescindibles. Si este apartado está bien logrado, no te deja apartar la vista del  texto ni un momento. Con el argumento también se lució. Presentando una trama tan común como pueda ser un simple viaje en metro. Este punto de partida resulta muy beneficioso al conjunto general de la historia, ya que todo el mundo recurre al transporte publico alguna vez en su día a día y un escenario tan realista como este, ayuda a contextualizar de forma más cercana los acontecimientos y a acentuar esos picos de alta tensión que se suceden entre página y página.

Ejemplos de novelas que parten de una base similar a esta son las entregas tan consumidas en papel y pantalla de Milenium: Los hombres que no amaban a las mujeres. O quizá se acerquen incluso más los tomos de Camilla Lackberg, quien, desde que despuntó con su obra La princesa de hielo, no ha dejado de escribir y cosechar un gran éxito.

Todos estos relatos tienen en común el halo incierto que les rodea, esa composición misteriosa que deja tan difícil imaginar que ocurrirá en el paso siguiente. Si existe alguien que lo descubra antes de llegar al final, le dará igual, pues en estos casos lo fundamental es saber quién y cómo. Quizá la faceta ganadora en cuanto a lo inquietante, sea el trazo de los personajes, en este terreno siempre  es una buena idea jugar al despiste con personalidades simplonas que ocultan las peores intenciones o acaso protagonistas totalmente excéntricas que no han roto un plato en su vida.

Aquí es el lector quien apuesta y gana, siempre con la mente en marcha. Para aquellos que se declaren contrarios a los best seller, un apunte. No todo ha de tildarse como único en su especie, en ocasiones el mayor placer lo provoca una lectura llevadera y, después de todo, algo tiene el agua cuando la bendicen.

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