Mediados del siglo XXI. La crisis económica, política y social de los primeros años 2000, que algunos creían pasajera, ha acabado provocando el derrumbamiento de la democracia. La Unión Europea se ha desintegrado, la moneda única se ha fragmentado en euros nacionales. Las corporaciones se han hecho con los pedazos del sistema y dominan una sociedad tecnológica levantada sobre las ruinas de los Estados.
En la Confederación Empresarial de Madrid, como en el resto del continente, el crecimiento salvaje de la desigualdad ha convertido el centro de las ciudades en grandes fortalezas donde viven los privilegiados, rodeadas por inmensos barrios periféricos habitados por ejércitos de desheredados armados, organizados, cada día más capaces de hacer frente a las fuerzas policiales.
Así, es como Vaquerizo nos muestra un futuro distópico, un futuro que nos hemos buscado nosotros mismos, donde nada es igual que antes ni parece que volverá a serlo.
Nuestra protagonista Nora Robles trabaja en Madrid como polizo (guardaespaldas) para uno de los hombres más poderosos del país. Su vida es sencilla. Ella y su marido quieren tener un hijo, comprarse un piso, sobrevivir. Hasta que se ve obligada a emprender una frenética huida para resolver un crimen del que ha sido acusada injustamente. Una persecución y una huida, todo para salvar su vida y la de su familia. Nada es lo que parece, la injusticia y corrupción a la orden del día.
Un grito desde el pasado para cambiar el futuro, el auxilio para un cambio que tenía que llegar pero nunca llegó. El país se hundió y nosotros con él, dando paso a este mundo que nos cuenta Vaquerizo. Dando paso un mundo donde unos pocos privilegiados tienen suerte de tener donde y con qué vivir. Aunque como demuestra con Nora, nadie está a salvo de este nuevo sistema.